El primer ministro israelí Ehud Olmert, en su peor momento en cuanto a popularidad, está tratando por todos los medios de volver a tomar la iniciativa para reactivar el diálogo con los palestinos en el contexto de una frágil tregua.
El llamado solemne a los palestinos que Olmert hizo ayer, generó el entusiasmo de Washington y ecos favorables en Israel, a pesar del escepticismo generalizado y las críticas de la derecha.
La secretaria de Estado Condoleezza Rice debe entrevistarse el jueves en Jericó con el presidente palestino Mahmud Abas y no se excluye un encuentro con el Ehud Olmert, según el departamento de Estado.
Los propósitos de Olmert fueron recibidos con prudencia por el entorno de Abas, que reafirmó la disponibilidad de éste para una cumbre con el Primer ministro israelí, con la condición que esté «bien preparada» y que sea para reiniciar negociaciones de paz.
Por el contrario, Jalil al-Hayyeh, jefe del grupo parlamentario del movimiento Hamas, acusó a Olmert de «tratar de esconder el juego y tratar de mejorar la imagen del ocupante sionista ante el mundo para aparecer como un hombre de paz».