La comisión investigadora sobre la guerra del Líbano a mediados de 2006 señaló las graves deficiencias del ejército de Israel ante el Hezbolá pero se mostró más indulgente con el primer ministro israelí Ehud Olmert, quien evitó así verse obligado a convocar elecciones anticipadas.
«Olmert puede respirar», resumía hoy el editorialista del diario de más circulación en Israel, el Yediot Aharonot.
De hecho, la comisión no le pidió renunciar y reservó su vocabulario más severo para la jerarquía militar.
«Una organización semimilitar de varios miles de hombres (el Hezbolá) se enfrentó durante varias semanas al ejército más poderoso de Oriente Medio, que gozaba de una superioridad aérea total y de medios tecnológicos avanzados», señala el informe de la comisión.
«Hemos descubierto graves fallas en los preparativos, en las tomas de decisión y en las actuaciones del alto mando militar», añade el documento.
A los generales les reprocha «la inadecuación de la planificación y de la reflexión estratégica» y concluye: «El ejército fracasó (…). Perdió una oportunidad y no logró la victoria. Es sobre todo el ejército el que carga con la responsabilidad» de las carencias y el mal funcionamiento.
El comportamiento de las fuerzas terrestres, de la marina, la aviación y los servicios de inteligencia durante el conflicto de 34 días que costó la vida a más de 1.200 libaneses, sobre todo civiles, y a 160 israelíes, en su mayoría militares, fue analizado en detalle.
La comisión, dirigida por el juez jubilado Eliahou Winograd, señaló fallos como problemas de coordinación, falta de conocimiento verdadero del terreno, ausencia de discusiones preparatorias y dirección errónea de las operaciones.
En Beirut, el afirmó que el informe confirma lo que venía diciendo desde hacía tiempo: «Israel fracasó por completo en el alcance de sus objetivos y el ejército israelí sufrió una derrota frente a Hezbolá», indicó el grupo fundamentalista.
Durante las hostilidades, el ejército no logró impedir que el Hezbolá lanzara 4 mil cohetes contra el norte de Israel, obligando a un millón de habitantes a esconderse en los refugios o a huir hacia el sur.
El informe sin embargo también critica a Ehud Olmert, ya que califica la guerra que desató como «un gran y grave fracaso».
Según uno de sus colaboradores, Haim Ramonm, interrogado por la radio militar, Olnert se sentiría «aliviado» y espera ahora consolidar su mayoría para ejercer su mandato hasta el fin de la legislatura, en noviembre de 2010.
Sin embargo, de acuerdo con un sondeo publicado hoy, una mayoría de israelíes considera que Olmert debería dimitir.
Un 57% de los encuestados respondió afirmativamente a la pregunta: «Â¿Después de lo que ha oído sobre el informe, cree usted que el primer ministro debe dimitir?». Un 33% consideró que Olmert debe mantenerse en el cargo y el resto se declaró sin opinión.
En respuesta a las críticas del informe, el portavoz del ejército en Tel Aviv se apresuró a recalcar que «un proceso de corrección de los errores se inició en 2007», al mismo tiempo que «un programa plurianual de preparativos».