Oligarquí­a perdió derecho a gobernar


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El expresidente Manuel Zelaya pronunció ayer un discurso en una asamblea con el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) para definir un plan que le permita acceder nuevamente al poder, del que fue derrocado en 2009.

«La burguesí­a nos ve como sus esclavos y no nos reconoce nuestros derechos. Con sus pretensiones de ser dueña de Honduras, la oligarquí­a ha demostrado que no quiere la democracia y está dispuesta a usar la fuerza para continuar con sus privilegios», expresó el polí­tico en el mitin.

Por FREDDY CUEVAS
TEGUCIGALPA / Agencia AP

Ante unos 1.600 partidarios reunidos en esta capital, el ex mandatario advirtió que «el liberalsocialismo que pregonamos gobernará este paí­s en los próximos 50 años y sustituirá a la oligarquí­a y los golpistas que han mantenido secuestrado este paí­s para su propio beneficio».

La estrategia planteada por Zelaya a sus seguidores consiste en «llegar a la Constituyente para refundar Honduras y lograr el poder».

Por aclamación, los zelayistas aprobaron una propuesta de Zelaya de crear un frente amplio que, bajo la égida del FNRP, agrupe a todos los sectores sociales del paí­s para participar en la polí­tica vernácula.

Según el ex gobernante, ese frente será similar al que gobierna Uruguay desde el 2005. La coalición Frente Amplio de Uruguay, fundado en 1971, ha ganado las dos últimas elecciones presidenciales, la última con el ex guerrillero José Mujica.

Los zelayistas revocaron así­ una decisión que aprobó otra asamblea del 23 de febrero, en ausencia de Zelaya: la de no asistir en comicios.

«Sin perder su identidad, el Frente hará alianzas polí­ticas con todos los hondureños hasta lograr el poder», añadió el ex presidente.

El frente amplio tendrí­a que estar listo para noviembre de 2013, cuando se lleven a cabo las elecciones primarias a fin de escoger los candidatos a los comicios generales de un año después.

Los asambleí­stas determinaron cumplir el requisito de obtener 46.000 firmas para inscribir el Frente Amplio como partido polí­tico.

La Constitución actual prohí­be la reelección presidencial y Zelaya sólo podrí­a aspirar a gobernar nuevamente en el caso de que se modifique la Carta Magna.

El presidente Porfirio Lobo, quien asumió el poder en enero de 2010 tras ganar las elecciones posteriores al golpe de Estado, logró impulsar disposiciones legales aprobadas recientemente por el Congreso para que el pueblo, mediante la ví­a del plebiscito o referendo, decida si respalda o no la reelección presidencial.

Algunos allegados a Zelaya han dicho en público que la candidata del lí­der derrocado serí­a su esposa Xiomara Castro, quien goza de la confianza de los opositores del Frente de Resistencia. Esto en el caso de que Zelaya no pueda buscar la reelección, ya sea porque no haya plebiscito o porque su resultado sea contrario a sus pretensiones, según aliados.

Zelaya (2006-2009) regresó a Tegucigalpa el 28 de mayo luego de pactar con Lobo —con la mediación de Colombia y Venezuela— una serie de acciones que permitirí­an la readmisión de Honduras a la Organización de los Estados Americanos, a la cual se oponí­an varios gobiernos sudamericanos.

Lobo ofreció anular los procesos judiciales iniciados contra Zelaya y sus colaboradores para permitirles volver al paí­s, entre otras cosas. Zelaya denunció recientemente que el denominado Acuerdo de Cartagena está siendo violado por el gobierno, ya que uno de sus ex ministros está enfrentando un proceso por corrupción iniciado después del golpe de estado de junio del 2009. El gobierno niega que el caso tenga objetivos polí­ticos.

Zelaya fue depuesto por militares que lo expulsaron del paí­s, tras lo que se instauró un gobierno de facto encabezado por Roberto Micheletti, que entregó el poder después de realizar elecciones.

Honduras fue excluida de la OEA después del golpe de estado y varios paí­ses se negaban a permitir su regreso por considerar que la convocatoria electoral que dio paso al gobierno de Lobo no fue legí­tima. Pero regresó al organismo internacional el 1 de junio.