Al menos 63 personas perdieron la vida en una oleada de bombas y tiroteos durante la noche en el noreste de Nigeria, dijo hoy un funcionario de la Cruz Roja, en tanto dolientes atemorizados salían de sus casas para comenzar la inhumación de sus muertos.
Ningún grupo se adjudicó los hechos de violencia, pero se sospechó de inmediato de una secta conocida como Boko Haram, que ha perpetrado asesinatos y ataques con bomba en el norte de Nigeria.
Los atentados se centraron en torno a Damaturu, capital del estado de Yobe, dijo el funcionario de la Cruz Roja nigeriana Ibrahim Bulama.
Los ataques comenzaron ayer con la detonación de un vehículo cargado de explosivos frente a un edificio de tres plantas utilizado como acuartelamiento y oficinas militares. Muchos de los agentes de seguridad uniformados murieron a causa de la explosión, dijo Bulama.
Posteriormente, hombres armados recorrieron la ciudad, detonando una bomba en una sucursal del First Bank PLC y atacando por lo menos tres estaciones policiales y algunas iglesias, dejándolas en escombros, dijo. Los disparos continuaron durante toda la noche y los pistoleros atacaron la aldea de Potiskum, cerca de la capital, donde según testigos dejaron al menos dos muertos.
Los ataques en torno a Damaturu después que fueran perpetrados cuatro atentados dinamiteros diferentes en Maiduguri, a unos 130 kilómetros (80 millas) al este.
Una de las explosiones ocurrió hacia el mediodía frente al Colegio Teológico de El-Kanemi, donde se habían congregado varios grupos de padres. La Policía dijo que éstos y otros habían acudido al centro para asistir a las plegarias de los viernes en una mezquita situada en el recinto docente.