La Hora del sábado pasado es llamativa en su titular principal al comunicarnos lo siguiente: “Constitución de la República, Posiciones encontradas por intención de reforma. Mientras para algunos es necesario un cambio para combatir la corrupción y la impunidad, para otros sectores se puede sin modificar la Carta Magna”.
Sabemos entonces que diversos sectores de la sociedad civil, de la burocracia pública y de organismos de Estado vinculados con las decisiones cruciales de diversas comisiones de postulación, se han estado reuniendo y efectuando propuestas de reforma constitucional. ¿Para qué todos estos movimientos?
Adicionalmente a lo anterior, altos jerarcas del Ejecutivo nos hablan de la extrema necesidad de entrarle a la Modernización del Estado, tal y como nos lo ilustra un excelente reportaje de La Hora del sábado, intitulado “Reforma constitucional: entre temores y propuestas de cambio”
Lógicas parecieran ser las declaraciones del propio Presidente de la República vinculadas con la necesidad de efectuar cambios en varias aristas de la Justicia y la Seguridad, incluyendo temas relacionados con la Policía Nacional Civil; sin embargo, en la mezcla de declaraciones se habla de reforma del Estado, también de transparencia, y de reformas a la Ley del Organismo Ejecutivo y a la Ley del Presupuesto Nacional.
¿En qué quedamos entonces?, no se sabe bien, primero si el tema es de reformas constitucionales, tampoco se tiene claro que si lo que se está hablando hasta el momento de “Reforma del Estado”, cubre todos los males de un Estado vetusto, que está acercándose a “lo fallido”, al más claro estilo de país tercermundista de época posconflicto. Tampoco se tiene claro si el tema anticorrupción y transparencia va montado en algún columpio menor de esa gran ola modernizadora.
Y como la confusión es grande y los temas por platicar son parte de un abanico de problemas, resulta vital ir por partes. En primer lugar debe tenerse presente que si le entramos a leyes como la del Organismo Ejecutivo, o la del Presupuesto, en la que no se necesitan reformas constitucionales para modificarlas, debemos tener presente en qué agenda estamos ¿En la de la modernización del Estado, en la de transparencia o bien en ambas?. Y mi particular punto de vista es que el tema de la Modernización del Estado debe ser analizado inicialmente por todas aquellas instituciones y personas que conocen a fondo ese monstruo de mil cabezas y ello merece sentarse con calma a producir primero un buen diagnóstico de situación. Es así como resulta ser más fácil e inmediato entrarle al tema de la transparencia, si se quiere meterle mano a una Ley como la del presupuesto.
En materia de transparencia fácilmente pueden salir reformas importantes, que aumenten sanciones y apoyen un mejor clima de difusión de información sobre las diversas etapas del ciclo presupuestario, desde su formulación, hasta su liquidación, pero principalmente nos interesa saber cómo va la ejecución del gasto en todos lados.
Las noticias de la prensa diaria son abundantes en materia de abusos y posiciones ventajistas en la ejecución de obra pública, incluso se siguen utilizando las ONG o sociedades anónimas sin mayor experiencia. Eso se debe a que la coerción es nula, la autonomía es vasta y la información es escasa. Eso es lo que se debe atacar en una nueva legislación presupuestal.