Una docena de autos bomba estallaron en el centro y el sur de Irak durante una ajetreada hora hoy, informaron autoridades, lo que causó la muerte a por lo menos 51 personas, en el más reciente ataque coordinado perpetrado por rebeldes determinados a socavar al gobierno.
Las detonaciones, que dejaron a decenas de personas heridas, se suman a un incremento en ataques registrado desde abril y en el cual han muerto más de 3 mil personas, incluyendo más de 500 desde el inicio de julio, de acuerdo con un conteo de The Associated Press.
Nadie se adjudicó de inmediato la responsabilidad de los ataques, pero conllevan la marca de la facción iraquí de Al Qaeda. El grupo, conocido como el Estado Islámico de Irak, con frecuencia emplea autos bomba, atacantes suicidas y detonaciones coordinadas para tratar de mellar la confianza en el gobierno chií.
Ocho funcionarios de la policía dijeron que un total de 12 autos bomba estacionados estallaron cerca de mercados y en aparcamientos de vecindarios predominantemente chiíes de Bagdad en el transcurso de una hora. El ataque más letal se registró en el barrio oriental de Ciudad Sadr, donde dos explosiones separadas mataron a nueve civiles e hirieron a otros 33, agregaron.
Otros dos autos bomba estallaron en el barrio norteño de Hurriyah, causando la muerte a seis transeúntes y heridas a otros 23. En el bullicioso vecindario norteño de Kazimiyah, otro carro bomba estacionado mató a cuatro civiles e hirió a 12 más.
En el suroeste, en el barrio de Bayaa, tres civiles murieron y otros 15 resultaron heridos por la explosión de otro auto bomba. En el oeste de Bagdad, en el barrio de Shurta, dos personas murieron y 14 fueron heridas.
En el sur, en el área de Abu Disheer, cuatro civiles murieron y otros 17 resultaron heridos. Otro carro bomba estalló en el distrito noroccidental de Tobchi, matando a tres e hiriendo a 10 más.
Otras cinco personas murieron y 44 más fueron heridas en los vecindarios de Risala y Shaab, y en el poblado de Mahmudiya, unos 30 kilómetros (20 millas) al sur de Bagdad.
La ola de ataques se extendió al sur de Irak.
Explosiones consecutivas de dos autos bomba estacionados cerca de un mercado al aire libre y cerca de una reunión de trabajadores de la construcción mataron a siete civiles e hirieron a otros 35 en la ciudad de Kut, 160 kilómetros (100 millas) al sureste de Bagdad.
Y en la ciudad sureña de Basora, otras cuatro personas murieron y cinco más resultaron heridas cuando un auto bomba estacionado estalló cerca de un mercado. Basora se ubica a 550 kilómetros (340 millas) al sureste de Bagdad.
Nueve funcionarios de salud confirmaron la cifra de víctimas y dijeron que decenas más resultaron heridas. Todos los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a difundir información.
Los hechos violentos se incrementaron luego de la represión de una protesta suní por parte de las fuerzas de seguridad en el poblado norteño de Hawija, durante la cual murieron 44 civiles y un miembro de las fuerzas de seguridad, de acuerdo con cálculos de la ONU.
El derramamiento de sangre está vinculado a divisiones sectarias entre suníes y chiíes en Irak, así como a fricciones entre árabes y kurdos.