Las crecientes dificultades para movilizarse en la ciudad de Guatemala hacen que el tema del Transmetro se convierta en uno de los que despiertan pasiones y generan polémica porque hasta el momento la ciudadanía lo percibe como una complicación adicional en vez de sentir que viene a ser un alivio para ese serio problema. La verdad es que al margen de las simpatías o antipatías que puedan existir políticamente, lo deseable es que el nuevo sistema funcione de manera eficiente porque la situación se ha vuelto en verdad desesperada para miles de usuarios del transporte colectivo.
Hoy se puso en evidencia una tremenda demanda en el nuevo Transmetro que fue superior a la oferta de espacios, lo que hizo que la gente tuviera que hacer larga espera para abordar una de las unidades. A ello se suman las pequeñas fallas comprensibles en todo inicio de operaciones de un proyecto de esta naturaleza, pero que deben irse superando conforme se vayan detectando porque son puras cuestiones operativas. Lo que sería problema serio es que la cantidad de buses no sea suficiente para atender la demanda o que no se logre controlar a los buses del servicio extraurbano de las llamadas rutas largas que siguen ingresando a la ciudad y no respetan la orden de no hacer paradas en el trayecto de la Aguilar Batres y la Avenida Bolívar para no entorpecer el tráfico.
Porque si los dos carriles en cada sentido que quedaron habilitados en ambas arterias son fluidos, el tráfico también lo será, pero cualquier interrupción, incluyendo desperfecto de algunos vehículos, puede ser sinónimo de caos de enormes proporciones, lo que hace que tenga que existir una supervisión constante de la ruta.
Lo más corriente, dada la idiosincrasia de los guatemaltecos, sería apostar al fracaso del Transmetro, pero creemos que en este caso lo que hace falta es que con espíritu positivo la crítica vaya orientada a mejorar los aspectos que están dando problema porque, en verdad, los guatemaltecos necesitamos disponer de medios masivos de movilización que funcionen con alguna eficacia. Con esto decimos que no se trata de no criticar, puesto que es importante que se señalen los errores y problemas que afectan al usuario, sino que la crítica esté orientada a buscar soluciones y mejor si se hacen aportes edificantes sobre ideas de cómo resolver las dificultades iniciales y aún aquellas que parecen estructurales.
Pareciera que no hubo un buen estudio sobre la cantidad de usuarios que demandarían el servicio y por ello hay grandes colas en las horas pico y también se ve que la ruta exclusiva ya está prácticamente saturada en esos momentos, pero ello podría ser un fenómeno propio del arranque del sistema. Veremos si en días posteriores la situación va mejorando.