Oficialismo revela fuerza de Chávez


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Fue una fiesta excepcional, reveladora del enorme poder de convocatoria de Hugo Chávez: miles de venezolanos y aliados extranjeros festejaron en las calles de Caracas una asunción simulada del mandatario, quien permanece en La Habana y cuyo estado de salud real es un enigma.

Por FABIOLA SANCHEZ CARACAS / Agencia AP

Aunque no hubo una juramentación ante la Asamblea Nacional, como dispone la Constitución, debido a la ausencia del actor principal, el gobierno impulsó una masiva concentración callejera como si en realidad Chávez estuviera presente.

Y no faltaron invitados de prestigio, como los presidentes José Mujica, de Uruguay; Evo Morales, de Bolivia, Daniel Ortega, de Nicaragua, así como los cancilleres de una decena de países de la región, para presentar sus respetos al mandatario, el primero de la historia venezolana que no asiste a su posesión.

La manifestación, que se extendió por más de 10 horas, culminó al final de la tarde y con algunas voces entre los manifestantes que a gritos entre la multitud decían: «queremos ver a Chávez».

Al cierre de la jornada, el vicepresidente Nicolás Maduro, con un pequeño ejemplar de la Constitución en la mano derecha y con la izquierda alzada, juró «absoluta lealtad a los valores de la patria, absoluta lealtad al liderazgo del comandante Hugo Chávez».

«Juro por la constitución bolivariana, que defenderé la presidencia del comandante Chávez en la calle, con la razón, con la verdad», exclamó Maduro, y funcionarios y manifestantes lo repitieron a coro.

Acusó a la oposición de «manipular» y aprovechar las circunstancias de las complicaciones de la salud de Chávez y su convalecencia para «buscar desestabilizar a nuestra patria».

«Hay un plan de sectores de la ultraderecha para buscar un muerto, dos muertos, y llenar de sangre las calles de Venezuela en manifestaciones que ellos dicen que van hacer», dijo Maduro al pedir a las fuerzas militares cuidar esas acciones.

El Vicepresidente y también canciller expresó que el país cuenta con una fuerza armada que está «firme con el socialismo» y con Chávez.

La oposición convocó, a través de un comunicado de su bancada legislativa, a una marcha el próximo 23 de enero, fecha que recuerda el establecimiento de la democracia en 1958.

El Presidente, de 58 años, partió el 10 de diciembre rumbo a La Habana para una cuarta operación del cáncer que lo aqueja desde el 2011, y desde entonces ni se le ve ni se le escucha.

No se ha informado cuándo podría volver al país.

La situación de un presidente electo que no puede asumir el cargo debido a una enfermedad tiene un precedente similar y cercano en la región: El 21 de abril de 1985 murió el presidente electo de Brasil, Tancredo Neves, de 75 años, luego de estar 39 días en un hospital por una infección intestinal.

El 14 de marzo de 1985, un día antes de su juramentación en la capital brasileña de Brasilia, Neves fue internado de emergencia. Su entonces vicepresidente José Sarney fue luego juramentado y se convirtió en el presidente.

El ambiente de la jornada contrastó con el de hace pocos días, cuando desde el gobierno se impulsaron misas y los ministros asistieron a solemnes actos religiosos al tiempo que se suspendieron las fiestas oficiales por la Navidad.

«Es tan absurdo lo que está pasando que la gente no sabe si reírse o llorar», dijo el humorista y columnista Claudio Nazoa, en entrevista telefónica, al referirse a los eventos que organizó ayer el gobierno en la capital.

«Fíjate qué absurdo, los que estábamos desesperados para que (Chávez) se fuera, ahora estamos desesperados para que aparezca, y ellos que lo querían tanto no lo quieren hacer aparecer», comentó el humorista.

El acto «es un mensaje totalmente bipolar y contradictorio», dijo en diálogo telefónico Mariana Bacalao, profesora de opinión pública en la Universidad Central de Venezuela, en Caracas.

«No estoy muy segura que hay razón para celebrar. Es todo parte de un teatro del absurdo… (Chávez) Está mal y no ha podido ir a su momento histórico. Es una tragedia que se trata de enmascarar», agregó.

A su turno el también columnista y humorista Laureano Márquez aseguró vía telefónica que lo que sucede en Venezuela en este momento «escapa a todo molde de la racionalidad».

«Terrible que estén presidentes latinoamericanos avalando ese acto que es un acto raro, extraño», añadió. «Es un acto donde se juramenta a un pueblo. La idea era algo así como que el presidente somos todos. Si juramentamos a todos ya se juramentó al presidente. Una vaina ahí como una lógica absurda», acotó.

La colorida manifestación de miles de empleados públicos y personas afectas al chavismo se concentró en el centro de la ciudad para expresar su fervor por el líder ausente.

Con una pequeña banda de tela tricolor amarillo, azul y rojo, como la bandera de Venezuela, colocada cruzada sobre el pecho y una cinta roja en la frente, Maira Ruiz, una educadora de preescolar de 38 años, estuvo entre las manifestantes.

Dijo que acudió al acto para darle al presidente Chávez una muestra de que «estamos con él, que así no esté en nuestro país en este momento cada uno de nosotros forma parte de su presencia… y sigue siendo el presidente de Venezuela».

Durante los discursos de los invitados internacionales sobrevolaron dos aviones militares, que fueron saludados por los miembros del gabinete y algunos participantes en la manifestación.

El acto central, con la llegada de los dignatarios e invitados oficiales a la tarima, comenzó a primeras horas de la tarde, cuando muchas personas abandonaban las calles, agobiadas por el calor y lo extenso de la jornada, iniciada desde temprano con música hip-hop, salsa y vivas a Chávez emitidas por enormes parlantes.

Todos los altos funcionarios venezolanos y los invitados internacionales se sentaron sobre una tarima decorada apenas con un enorme dibujo de los ojos de Chávez y su nombre pintado en color rojo sobre un fondo blanco.

El acto inició con el Himno Nacional de Venezuela, en el que se oyó la voz de Chávez —conocido por su afición a cantar en público— pronunciando frases del coro.

Luego del Himno y otras canciones, hablaron los invitados.

El canciller argentino Héctor Timerman aseguró que la presidenta Cristina Fernández estaba viajando a La Habana para ver a Chávez.

«Quiero expresarles que traigo el afecto y el cariño de nuestra querida presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que hoy está viajando a la ciudad de La Habana para estar mañana junto con el compañero Hugo Chávez y expresarle todo nuestro cariño y apoyo», dijo Timerman ante la multitud.

Mujica fue el único que aludió a la posible muerte de Chávez y dijo que en esa eventualidad el país requería unidad y paz.

«He visto muchas manifestaciones como esta y se me llena el alma de recuerdos y de nombres que no están», dijo Mujica ante una multitud silenciosa. «Hay un hombre que está dando una batalla por la vida, que está en el corazón de ustedes. Eso es lo que tiene sentido, pero si mañana no está, unidad, paz y trabajo, queridos compañeros».

Poco antes, el ministro de Información, Ernesto Villegas, dijo a los reporteros que aunque algunos podían ver la manifestación de la jornada como una farsa, era una expresión del cariño de los simpatizantes de Chávez, de cuyo estado de salud se había brindado la información de la que disponían y sin entrar en detalles que correspondían a la privacidad del mandatario.

«Esto es un hecho histórico, claro los que preferirían que todo esto fuese una farsa… pueden apostar a la miopía, a la ceguera, pero los venezolanos racionales, así no sean chavistas, tienen que tomar nota que aquí hay una fuerza política desplegada que llegó para quedarse, esto no es una fuerza que es producto de la ficción de un canal de la televisión», dijo Villegas.

«El Presidente tiene una infección pulmonar que ha producido una insuficiencia respiratoria, ¿qué más detalles quieren? Cuando haya novedades, serán informadas», destacó Villegas.

«Estemos preparados para cualquier escenario, incluso el que menos queremos siquiera imaginar», dijo el ministro, el único que ha aludido siquiera indirectamente a la posibilidad de que muera Chávez. «El propio Presidente lo anticipó cuando vino aquí a informar al pueblo», el 8 de diciembre pasado cuando delego el poder político en su vicepresidente Nicolas Maduro.

Y respecto al acto de la jornada, Villegas dijo que ante esa enfermedad de Chávez «el pueblo está dolido y triste pero activo, despierto y resuelto a que Chávez viva y que viva la revolución».

RUEGOS
La salud, o la Constitución

Tambores ceremoniales resonaron ayer en La Habana y en Santiago de Chile para rogar por el restablecimiento del presidente venezolano Hugo Chávez, quien no ha sido visto ni oído desde que fue operado de cáncer hace ya un mes en la capital cubana.

Por THE ASSOCIATED PRESS
Agencia AP

Mientras, en la Florida, residentes venezolanos realizaron una vigilia desde el mediodía «en pro de la defensa de la constitución» de la nación sudamericana.

Centenares de religiosos afrocubanos participaron en La Habana de un «toque de tambor», una de las más populares ceremonias religiosas, para rogarle a los «orishas» que concedan el restablecimiento de la salud del presidente Hugo Chávez.

Sacerdotes y feligreses de la Santería colocaron una enorme foto de Chávez, ramos de flores, frutas en cestas y prendieron velas al son de violines, antes de comenzar un baile al son de los «bata», los tres tambores sagrados.

Una a una, las deidades fueron saludados por los participantes, la mayoría vestidos de blanco, mientras entonaban canciones en lengua yoruba: se presentaron respetos a «Elegua» de color negro y rojo, el señor que gobierna los destinos; a Changó, el guerrero, patrono de los rayos y la guerra; a Ochum la fertilidad femenina y a Yemanyá, dama que gobierna los mares.

«Chávez vive y esto no es una actividad de llanto o entristecimiento», dijo el babalawo Papo Andarica, quien encabezó la ceremonia en el patio de la Casa de África, en el casco histórico de la ciudad. «Le estamos dando fuerza espiritual», agregó.

En Santiago, indígenas mapuches bailaron al son de trutrucas y cultrunes (tambores ceremoniales) para rogar por la salud de Chávez.

Una veintena de hombres y mujeres mapuches vestidos con sus atuendos típicos, acompañados por venezolanos residentes, se concentraron frente al monumento al libertador venezolano Simón Bolívar en el centro de la capital chilena.

José Hidalgo, uno de los organizadores de la manifestación, dijo que «estamos aquí acompañados de mapuches para rogar por la salud de Chávez, que ha unido a América».

En la Florida, los venezolanos realizaron su vigilia mientras pantallas gigantes transmitían las imágenes en vivo de una multitud de compatriotas que salieron a las calles de Caracas para avalar una suerte de toma de posesión alternativa, transmitidas por la cadena Globovisión.

Convocada por la opositora Mesa de la Unidad Democrática, la vigilia se extendía hasta la medianoche. Los asistentes, principalmente dirigentes políticos y activistas que apoyaron la candidatura presidencial de Henrique Capriles en octubre pasado, no se mostraron sorprendidos por la imposibilidad de Chávez de trasladarse a su país a asumir su nuevo mandato y criticaron a las autoridades de la nación sudamericana por «incumplir la constitución».

«Sin sorpresa alguna. Sabíamos que iba a suceder», expresó a la AP, Pedro Mena, secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad en el restaurante de la ciudad del Doral —un suburbio de Miami conocido como «Pequeña Venezuela» o «Doralzuela»— donde se reunieron los exiliados.

«El gobierno que empieza mañana es ilegal, son usurpadores del poder… Maduro no es un funcionario electo», expresó el dirigente al tiempo que explicó que el viernes comienza una «etapa de lucha» para el pueblo venezolano. «Por la vía democrática vamos a desplazar a este gobierno», sostuvo.