El partido en el poder en Botsuana -un país africano donde la riqueza de las minas de diamante contrasta con el alto índice de pobreza- aparece como el gran favorito en las legislativas de hoy por carecer de oposición creíble pese al estilo autoritario del presidente Ian Jama.
«El partido en el poder va a ganar a pesar de todos sus problemas. La oposición también está en pleno desconcierto. La mayoría de los ciudadanos preferirán abstenerse y no votar por la oposición», estimó Jackson Madzima, del Instituto de Estudios de Seguridad, en Sudáfrica.
Khama, hijo del presidente fundador de Bostuana, Seretse Khama, y jefe de la tribu mayoritaria de los Banguatos, enfrenta por primera vez el veredicto de las urnas a la cabeza de la lista del Partido Democrático de Bostuana (BDP).
Más de 720.000 electores, de una población de 1,9 millones de habitantes, renovarán 57 escaños de la Cámara que debe elegir luego al presidente de este país semidesértico y diamantífero de Africa austral.
Según el sistema creado por el presidente Ketumile Masire, su sucesor Festus Mogae ocupó la jefatura del Estado por un periodo limitado a diez años -de 1998 a 2008- dejando el poder a su vicepresidente Ian Khama, quien aseguró la transición hasta las legislativas de este viernes.
Desde que llegó al cargo, este ex militar ha ido perdiendo popularidad a medida que mostraba gusto por un estilo marcado por decisiones personales, adoptadas sin consultar a su gobierno ni a los otros miembros de su partido.
«Algunos piensan que (Khama) quiere dirigir el partido como si fuese el ejército, sin rendir cuentas a nadie», explicó a la AFP un profesor de la Universidad de Bostuana, Dithapelo Keorapetse.
En particular, Ian Khama provocó reacciones encontradas al crear una agencia de espionaje sospechosa de actos de violencia.
No obstante, todos los problemas, el partido BDP (44 diputados) tiene amplias posibilidades de imponerse al principal partido de la oposición, el Frente nacional de Bostwana (BNF), que había obtenido 26% de los votos y doce escaños en el Parlamento en 2004, pero que aparece muy dividido.
Gracias a su producción de diamantes, la primera en el mundo, que le asegura un 77% de sus divisas, Bostuana disfrutó durante 30 años de una economía floreciente, con un crecimiento de cerca de un 9% hasta 2006.
Pero sólo una minoría ha beneficiado de esta riqueza en un país reputado por su bajo nivel de corrupción y regularmente citado en ejemplo por su buena gobernanza.
La desigualdad entre ricos y pobres es también una de las mayores en el mundo, con un 47% de la población que vive con menos de un dólar diario y un índice de desempleo del 24% de la población activa.
De todas maneras, la población disfruta indirectamente de esta riqueza nacional a través de infraestructuras públicas y los programas del gobierno en el campo de la educación y la salud.
Botsuana fue el primer país africano en entregar gratuitamente antirretrovirales a los seropositivos y en distribuir test de detección del sida, una enfermedad que afecta a más o menos el 40% de la población.
Pero la crisis mundial, que provocó una caída de las ventas de diamantes, la afectó de lleno, con una contracción de su PIB que se estima llegará a 12% en 2009, según la unidad de investigación Economist Intelligence Unit.
La recesión afecta también las finanzas públicas, con un déficit previsto de 9,7% del PIB este año y en particular en los programa de lucha contra el sida.