Oferta de alimentos en Latinoamérica


Ví­ctimas haitianas de la tormenta tropical Gustav, reciben su dotación de alimentos. Según la FAO, los alimentos en Latinoamérica han excedido sus previsiones.

América Latina no tiene problemas de disponibilidad de alimentos, ya que su oferta supera en un 40% a la demanda, aunque su encarecimiento ha provocado un deterioro para una gran proporción de sus habitantes, según un informe de la FAO difundido este viernes en Santiago.


«En América Latina no hay problemas de oferta alimentaria y, sin embargo, más personas tendrán menos acceso a los alimentos básicos», advierte un documento de la FAO elaborado por su oficina regional en Santiago.

El informe sostiene que «si se cuantifica la producción regional de cultivos que constituyen la alimentación básica de la mayorí­a de los paí­ses de la región, el resultado es que la oferta supera en un 40% a la demanda».

Por esta razón «no hay ni se prevé que habrá una crisis de desabastecimiento en América Latina, a excepción del caso especí­fico de Haití­».

Para 2008 se prevé además un crecimiento de un 5,7% en la producción de cereales, para totalizar 189 millones de toneladas, un ritmo mayor de expansión que el promedio mundial, que se estima en un 2,8%.

No obstante, en el primer trimestre de 2008 el precio medio de los alimentos se ha elevado en más de 50% respecto a igual perí­odo del año anterior, según el informe de la FAO.

Los precios de cereales y aceites fueron los que más crecieron, con valores en torno al 70%, mientras que los lácteos muestran una tendencia decreciente durante todo 2008, y en caso de las carnes, el incremento ha sido sólo de un 12%.

Las alzas, de acuerdo con la FAO, se deben principalmente a un «rezago de la oferta internacional de varios de los principales productos respecto a una demanda fuertemente expansiva, como consecuencia de las altas tasas de crecimiento económico de paí­ses emergentes, en particular en Asia».

Por el lado de la producción, se evidencia también un fuerte aumento de los costos, debido al alza de los combustibles y los fertilizantes. Los precios estarí­an siendo presionados además por una «inusual actividad financiera especulativa», según la FAO.

Para el mediano y largo plazo, la FAO prevé que el precio de los alimentos tenderá a caer respecto a los niveles observados en 2008, aunque permanecerá en niveles promedio más altos que los de la década pasada».

El incremento deteriorará irremediablemente el nivel de vida y la calidad nutricional de una proporción no despreciable de la población de América Latina, a pesar de tratarse de una gran zona productora y exportadora de alimentos.

«Habrá más de 26 millones de personas que pueden caer en la pobreza en la región», asegura la FAO en su informe.

Ellos se sumarí­an a los actuales 190 millones de pobres que tiene América Latina.

Adicionalmente, se prevé un serio deterioro nutricional de la población de los paí­ses con mayores í­ndices de pobreza, donde más de la mitad de su consumo energético proviene de los cereales, uno de los alimentos que más ha incrementado su precio.

La dificultad de acceso a los alimentos, explica la FAO, trae aparejada una sustitución de los mismos en función de sus precios y escasez relativa, por lo que tiende a generar un deterioro de la dieta.