Ofensiva de la Fed ante riesgo de recesión comienza a preocupar


Jean-Claude Trichet, director del Banco Central Europeo, durante la sesión del Foro Económico Mundial en Davos.

La Reserva Federal estadounidense quiere tomar todos los recaudos posibles contra una recesión, pero sus radicales reducciones de tasas de interés comienzan a preocupar a algunos analistas, que consideran las repercusiones de un dólar débil en la cotización de las materias primas.


El miércoles la Fed redujo en medio punto su tasa directriz para llevarla a 3%, disminuyendo el costo del dinero en 1,25 punto porcentual en ocho dí­as y en 2,25 puntos desde el verano boreal, reducciones considerables, que suscitan dudas a los analiastas sobre la amplitud real de la crisis.

«La Fed está más activa que nunca», afirmó el economista independiente Robert Brusca, quien recuerda que es necesario retroceder hasta el comienzo de la década de los 80 para encontrar una reducción de tasas tan drástica y en un perí­odo tan corto.

Además, el banco central estadounidense dejó entender claramente que podrí­a continuar flexibilizando su polí­tica monetaria «si fuera necesario», lo que en el lenguaje codificado bancocentralista es casi una promesa de baja de tasas.

Sin embargo, la decisión de la Fed tuvo el efecto de una efí­mera bengala en Wall Street, que terminó en baja el miércoles.

Para los economistas, el banco central consideró que se encontraba en una situación económica particularmente peligrosa y debí­a controlarla por todos los medios.

«La Fed teme que una recesión tenga el efecto de una bola de nieve y escape a todo control», con una crisis inmobiliaria degenerando en recesión junto a un sector financiero debilitado, subraya Brusca.

Tras haber sido acusada de tomar consciencia tardí­amente de la gravedad de la crisis, la Fed no quiere ser sorprendida: dejó de lado el tabú de las reducciones de tasas sin previo aviso, innovó al inyectar liquidez en los mercados a través de nuevas licitaciones y ahora actúa preventivamente reduciendo drásticamente sus tasas.

Este viernes, el anuncio de que por primera vez en cuatro años la economí­a perdió puestos de trabajo (-17.000 en enero), reforzó la posición de la Fed, ya que un deterioro del empleo se traduce por un descenso de los ingresos, afectando en consecuencia el consumo, primer motor del crecimiento estadounidense.

El calendario también juega su papel, nota Brian Bethune de Global Insight.

«La Fed debe lanzar un salvavidas a la economí­a, mientras el plan de reactivación (impulsado por el presidente George W. Bush) haga efecto», ya que teniendo en cuenta los plazos para su aprobación por el Congreso y su puesta en práctica por la administración fiscal, ello no sucederá antes del verano boreal, afirmó.

«Esto deja cinco largos meses en el volátil clima actual a los mercados financieros», agrega el economista.

Para los paí­ses latinoamericanos ello implica que también sus mercados financieros continuarán acompañando a las plazas mundiales en su volatilidad.

Una consecuencia positiva de la baja de tasas decidida por la Fed, será una reducción de las tasas de interés que pagan por los préstamos contraí­dos con instituciones financieras internacionales. La contrapartida es que también bajan las tasas de interés que perciben los bancos latinoamericanos por sus colocaciones en el exterior.

Por otra parte, al caer las tasas en dólares aumenta la debilidad del billete verde frente a las principales divisas. En la noche del miércoles el euro llegó a 1,4906 dólar, cerca de su récord histórico alcanzado en noviembre pasado (1,4967).

A nivel comercial, esto afecta a los paí­ses exportadores de materias primas, que cotizan en dólares.

Un dólar débil favorece además la entrada a los mercados de materias primas y al petrolero en particular, de inversores de fuera de la zona dólar, haciendo subir la cotización del crudo y perjudicando en consecuencia a los paí­ses que deben importarlo.

Algunos paí­ses toman sus recaudos.

La flamante presidenta del estatal Banco Nación argentino, Mercedes Marcó del Pont dijo que se busca otorgar a los sectores más pujantes, mejores condiciones para obtener crédito con el objetivo de «retroalimentar un proceso virtuoso, que hoy nos hace más inmunes que en otras oportunidades, ante la crisis financiera internacional».