Ofensiva de derecha europea para impedir cambio de la Posición Común de Cuba


La derecha mayoritaria en el seno de la Unión Europea (UE) está decidida a impedir que la presidencia española del bloque modifique la Posición Común hacia Cuba, aseguró hoy el secretario general del Partido Popular Europeo (PPE), Antonio López-Istúriz.


El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel íngel Moratinos, defiende que cambiar ese documento unilateral que rige las relaciones entre la UE y La Habana desde 1996 por un acuerdo bilateral obligarí­a a las autoridades cubanas a mejorar la situación de los derechos humanos.

Pero el eurodiputado español López-Istúriz, que representa al partido mayoritario no sólo en el Parlamento Europeo sino también en el Consejo, órgano que reúne a los jefes de Estado y de gobierno de la UE, advirtió a Moratinos que «tiene muy difí­cil» lograr el consenso para acometer cualquier cambio en la Posición Común.

«Si sale algo, será absolutamente descafeinado», «un acuerdo de mí­nimos» con una «promesa de futuro», lo que en la jerga polí­tica europea significa que «no va a ocurrir nada», dijo el conservador en Bruselas, flanqueado por Blanca Reyes, fundadora de las Damas de Blanco – que luchan por la liberación de sus familiares presos en Cuba-, y Alejandro González Raga, periodista encarcelado en la isla en 2003.

Ante lo que calificó de «una empresa casi personal de Moratinos de legitimar al régimen cubano», López-Istúriz afirmó que su familia polí­tica no «consentirá ningún tipo de cambio» en la Posición Común a menos de que se den avances «clarí­simos» sobre derechos humanos, libertad de expresión y de movimiento.

Esta semana, algunos conservadores europeos se movilizaron para organizar reuniones con disidentes cubanos y seminarios en Bruselas, lo que «demuestra» que «están pendientes y no van a ceder un ápice en su defensa de las libertades del pueblo cubano», advirtió el secretario general del PPE.

González Raga, por su parte, juzgó que la intención de Moratinos de modificar la Posición Común, que exige avances en derechos humanos a Cuba, responde a «una cierta complicidad» con el régimen y recordó que en su última visita a la isla el ministro «no encontró» tiempo para entrevistarse con disidentes.

El ministro español se ha convertido en el principal defensor de modificar la Posición Común, mientras existen dudas sobre si cuenta con un apoyo real del presidente del gobierno, José Luis Rodrí­guez Zapatero, para trabajar en ese sentido.

La semana pasada, Zapatero dijo entender que «para el conjunto de la UE (Cuba) no sea una prioridad» y estimó que el bloque debe mostrarse «exigente» con el régimen.

Pero los conservadores europeos, y en especial los españoles, prometen no bajar la guardia.

López-Istúriz afirmó que «informará debidamente» por escrito a los 18 primeros ministros o jefes de Estado conservadores de la UE de la «intención del gobierno español» socialista.

Paí­ses como Suecia, República Checa o Polonia se han mostrado abiertamente contrarios a estudiar por ahora un cambio de polí­tica hacia Cuba.

La UE adoptó en 2003 una serie de sanciones polí­ticas contra La Habana por la detención de 75 disidentes, a instancias del entonces jefe del gobierno español, el conservador José Marí­a Aznar. Las medidas fueron retiradas en 2008 por iniciativa del gobierno de Zapatero.

Esta semana, la nueva Alta Representante de Polí­tica Exterior de la UE, Catherine Ashton, dejó abierta la posibilidad de modificar la Posición Común, pero recordó que «cualquier cambio requerirá» reunir «la unanimidad» de los 27.