Ofensiva contra ex primer ministro


Un soldado tailandés custodia el ingreso a la Casa de Gobierno en Bangkok. FOTO LA HORA: AFP PORNCHAI KITTIWONGSAKUL

La justicia tailandesa emitió hoy una orden de arresto por «terrorismo» contra el ex primer ministro en exilio Thaksin Shinawatra, acusado por el Gobierno de haber instigado el movimiento de los «camisas rojas», que fue violentamente reprimido en Bangkok.


El gobierno también acusa a Thaksin de haber financiado el movimiento que ocupó un barrio céntrico de Bangkok durante semanas para reclamar la dimisión del primer ministro, Abhisit Vejjajiva.

«Un tribunal consideró que habí­a suficientes pruebas para una orden de arresto» por terrorismo, anunció el jefe adjunto del Departamento de Investigaciones Especiales, (DSI) Naras Savestanan.

La acusación de terrorismo hace pasible a Thaksin de la pena de muerte, pero la orden de arresto apunta al parecer a obtener su extradición, ya que los otros paí­ses «le dan mucha importancia» a este tipo de acusación, según Abhisit.

Icono de muchos «camisas rojas» por sus programas sociales de ayuda a los más pobres cuando estaba en el poder, Thaksin, que sus opositores consideran populista, autoritario y corrupto, habí­a sido electo de manera triunfal en 2001 antes de ser derrocado en 2006 por un golpe de Estado militar.

Thaksin, 60 años, huyó de Tailandia en agosto de 2008, justo antes de ser condenado a dos años de cárcel por un terreno comprado de manera ilegal por su esposa.

Thaksin vive la mayor parte de su tiempo en Dubái, desde donde dirige sus negocios y viaja con pasaportes de Nicaragua y Montenegro.

En febrero pasado, la Corte Suprema lo juzgó culpable de abuso de poder y congeló la mitad de su fortuna (1.400 millones de dólares).

Thaksin desmintió ser el «cerebro de los terroristas» y haber hecho fracasar las negociaciones entre el Gobierno y los «camisas rojas» una semana antes del asalto del ejército, el miércoles pasado, contra los manifestantes.

«La junta en Tailandia hoy debe ser considerada responsable de las muertes y las violaciones de los derechos humanos» cometidos en el paí­s, dijo el martes en un comunicado, poco antes de conocerse la orden de detención.

Entre el inicio de las manifestaciones a mediados de marzo y la dispersión por la fuerza del movimiento, al menos 88 personas murieron y 1.900 resultaron heridas. Tras la rendición de los lí­deres «rojos» hubo escenas de guerrilla urbana y más de treinta edificios fueron incendiados.

Existen «suficientes pruebas» para detener a Thaksin, principalmente por su «papel de coordinador» en esos disturbios, aseguró el responsable del DSI.

El Gobierno habí­a exhibido el sábado un arsenal de armas de las que afirmó haberse incautado en el campo de los manifestantes.

«Desde el principio de la crisis, el Gobierno diaboliza a Thaksin», analiza Arnaud Leveau, del Instituto de Investigación sobre el Asia del Sureste Contemporánea (Irasec).

En el centro de Bangkok, la vida retomó su curso normal este martes. Sin embargo, el Gobierno prolongó el toque de queda por cuatro noches suplementarias.