OEA fija ultimátum para el gobierno de facto


FOTO LA HORA: AFP YURI CORTEZ

El General Romeo Vásquez en su discurso a favor del nuevo gobierno.» title=»FOTO LA HORA: AFP YURI CORTEZ

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<p>El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, durmió en la OEA y cuando despertó los cancilleres habí­an ya armonizado una resolución que da al nuevo presidente de su paí­s, Roberto Micheletti, un plazo de tres dí­as para devolverle a Zelaya el poder que le fuera quitado en un golpe militar el fin de semana.</p>
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Zelaya fue derrocado el domingo al amanecer y deportado a Costa Rica; de allí­ viajó a Managua para una cumbre presidencial y más tarde a Nueva York para hablar en las Naciones Unidas y finalmente Washington para hacerlo ante la OEA.

Al pasar por una veintena de periodistas que lo aguardaban en la sede de la organización les ofreció una conferencia de prensa. Los reporteros, que lo habí­an estado esperando 11 horas le sugirieron que fuera allí­ mismo.

«Será más tarde» , dijo Zelaya, quien recibió una ovación y resolución unánime de condena a sus derrocadores en la ONU. «Ustedes no han sido «golpeados»».

Hablando esta vez ante la asamblea extraordinaria de cancilleres de la OEA, Zelaya volvió a referirse a los golpistas en los términos duros que ya lo habí­a hecho desde que fue derrocado. Pero ahora, como si viera cerca la posibilidad de retornar a la presidencia, dijo: «Sé perdonar, soy cristiano».

Su retorno se decidirá de aquí­ al sábado. En esos tres dí­as, el secretario general José Miguel Insulza deberá buscar una salida diplomática y, si fracasa, Honduras quedará suspendida de la organización de 34 estados miembros.

Debido a que Micheletti ha dicho que no renunciará al cargo que asumió horas después de la detención y destierro de Zelaya a Costa Rica, Honduras quedarí­a marginada de sus derechos y obligaciones hasta que se normalice la vida institucional del paí­s.

Pero qué pasarí­a con las actuales autoridades si Zelaya regresara al cargo? Esa fue una pregunta en una rueda de prensa. Y Zelaya no contestó directamente si los arrestarí­a o expulsarí­a del paí­s.

«El sistema democrático tiene un sistema jurí­dico», dijo. «El presidente no ejerce ninguna influencia sobre ese sistema».

Indicó que la constitución de Honduras en su artí­culo 3 señala que «nadie debe obediencia a un gobierno usurpador» y los actos de éste «son nulos y constituyen delitos imprescriptibles de traición a la patria y además responsabilidad civil y criminal».

Micheletti ha anunciado el enví­o ayer de una misión especial a Washington para explicar los detalles de la crisis.

Aun cuando Insulza dijo que «no habí­a nada previsto» para dialogar con ellos, el secretario general asistente, Albert Ramdin, afirmó tajantemente que no serí­an recibidos en la OEA.

La resolución ministerial reconoce a Zelaya como presidente legí­timo de Honduras.

En su intervención de unos 15 minutos en la sesión realizada en el Salón de las Américas, Zelaya dijo que la resolución producida por los ministros «no sólo condena un acto de agresión sino que pide enmiendas y deberá pedir también que no queden impunes los hechos».

Zelaya fue aplaudido por los ministros de pie.

Más tarde dijo que ya no viajará a Honduras el jueves como estaba previsto sino «el fin de semana» , y lo harí­a en compañí­a de Insulza, los presidentes de Argentina Cristina Fernández y Ecuador Rafael Correa y varios cancilleres.

Indicó, sin embargo, que viajará primero a Panamá para el cambio de gobierno y estará haciendo gestiones en otros ámbitos para «resolver la crisis» hondureña.

La resolución dice que Insulza junto a representantes de varios paí­ses realizará «las gestiones diplomáticas dirigidas a restaurar la democracia y el estado de derecho» y el retorno de Zelaya al cargo.