Raúl Hernández Chacón.
Se va octubre, el décimo mes del año. Y con esta despedida nuevamente queda en el ambiente el recuerdo, la nostalgia y el pensamiento de acontecimientos vividos que hilvanan el tejido maravillo de nuestra historia. Veamos brevemente:
El 8 de octubre de 1992, se firman los acuerdos entre el gobierno y las Comisiones Permanentes de refugiados guatemaltecos en México, para segurar un retorno libre y en condiciones de dignidad. Se trata de una página de la historia reciente guatemalteca, para muchos inadvertida, que marca un momento importante: el retorno de más de 60 mil guatemaltecos que se fueron al exilio a consecuencia del conflicto armado interno. Los Presidentes de México y Guatemala lo mencionaron recientemente.
El 12 de octubre, se registra el «descubrimiento de América» para los europeos, cuyas consecuencias permanecen como parte de nuestra historia trágica y dolorosa. Sin olvidar el intercambio de elementos culturales, cuyo precio fue y es muy alto para los americanos.
El 20 de octubre, hace 65 años hubo una experiencia democrática, en palabras de Manuel Galich, «diez años de primavera en el país de la eterna tiranía». Al revisar nuestro pasado reciente no se puede dejar de experimentar con tristeza, la frustración y el dolor de cómo fue posible tanta esperanza truncada, tantos guatemaltecos muertos sólo por el hecho de pensar. La Revolución de Octubre sigue vigente, los nombres de Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz iluminan con su vida política, un pasado glorioso que aún anhelan los guatemaltecos que creen en una verdadera democracia, con justicia social y para todos sin ninguna discriminación, como lo exige la Constitución política de Guatemala. Es la vivencia actual de Alfonso Bauer Paiz, columnista de La Hora, con su visión objetiva, clara y transparente, como su vida misma, testimonio viviente de aquellos hombres y mujeres visionarios, como María Chinchilla, recordación permanente el 25 de junio de cada año, en la docencia guatemalteca.
El 19 de octubre de 1967, Miguel íngel Asturias, Premio Nobel de Literatura: Imposible olvidar las verdes colas de quetzal, verdes, verdes, verdes, verdes, y el tumbo de mar, tumbo de flores que bañó la tierra mía de Torotumbo que llevó a escena en la Universidad Popular el director Rubén Morales Monroy, porque es e l caso de hablar, del portal del comercio del Señor Presidente y de sien de alondra…
Octubre religioso, ligado profundamente a la espiritualidad católica, en la manifestación multitudinaria al Tempo de Santo Domingo, Basílica Menor del Rosario, con las solemnes reflexiones de los frailes dominicos en torno al Santo Rosario. La devoción perdurable a la Virgen del Rosario, construida de plata y con el niño Dios dormido en sus brazos, ejemplo de la escultura maravillosa del siglo XVI, hecha en Guatemala.
.Octubre, mes de la culminación del ciclo escolar. La angustia de los exámenes finales que determinan la promoción del grado o el graduarse o no. El «a Dios rogando y con el mazo dando» de la sabiduría popular, porque, aunque se asistiera a misa todos los días de octubre, si no se estudiaba no se ganaba. Afortunadamente este paradigma se superó, porque ahora, con las nuevas posibilidades pedagógicas del nuevo currículo, el alumno inicia la acumulación de zona desde el inicio de año y al final, desde una perspectiva de evaluación continua, ya no existe ese calvario de la nota final del examen que determinaba todo
Octubre, recuerdos de niñez y juventud. Vivencias del ayer y del hoy. Nostalgias del pasado, visionario del futuro, puerta que abre las manifestaciones culturales propias de la Guatemala que se resiste al nuevo orden globalizador que desdibuja las culturas para imponer una, otra, que desvirtúa la autenticidad y originalidad.
Octubre, mes de los platillos culinarios propios, atole maíz, buñuelos, mazapán, preámbulo del fiambre, sabores y olores que sólo a los guatemaltecos les es dado el privilegio de experimentar desde su vivencia de niñez, adolescencia y juventud.
Octubre, inicio religioso de las fiestas de noviembre y de diciembre, los rezados de la Virgen del Rosario, de la Inmaculada Concepción, de Guadalupe, de las posadas, del nacimiento. Octubre que se va con las últimas lluvias del invierno, para dar paso a los aires de noviembre y al frío de diciembre. ¿ Seguirá todo así?
Hoy todo cambia, se experimentan nuevos escenarios de cambio permanente, acelerado y fugaz. La vida tranquila y monótona se fue. Hoy se vive el presente y el mañana es incierto. Por ello es imperativo que pedagógicamente se cultive la experiencia histórica que revive el instante de la convivencia humana, contraria a un presente que deshumanizado olvida lo bello, lo hermoso y humano por la computadora, el Internet y la mecanización, que es una maravilla, que es el siglo XXI, que tiene su valor, pero que no es el fin en si mismo, tal solo un instrumento, una nueva forma de comunicación, sino sólo un medio para ser más feliz.
Octubre que se va y que en su despedida renueva la promesa, la esperanza de un mundo mejor, de un mundo más humano y más solidario. Octubre el mes de la nostalgia y la esperanza.