Ocho años respirando dólares


La dolarización en El Salvador cumple 8 años de vigencia, pero los analistas  consideran que el paí­s no tiene posibilidad de maniobra con una moneda local y el costo de la vida es muy alto. FOTO LA HORA: archivo.

Alabada oficialmente como factor de estabilidad económica y criticada por opositores que le atribuyen el «elevado» costo de vida, la dolarización cumplió este jueves ocho años de vigencia en El Salvador, un paí­s centroamericano que subsiste mediante remesas enviadas desde Estados Unidos.


El billete verde comenzó a circular en El Salvador el 1 de enero de 2001 bajo la denominada «Ley de Integración Monetaria (LIM)», que fue una iniciativa del ex presidente Francisco Flores (1999-2004).

A pesar de que la LIM estableció un bimonetarismo, los bancos en forma planificada comenzaron retener los colones hasta dejar circulando únicamente al dólar.

Según el Banco Central de Reserva (BCR), la dolarización se produjo «con el objetivo de incorporar efectivamente a El Salvador en el proceso de integración económica mundial y con el fin de preservar la estabilidad económica».

Con la nueva moneda, el gobierno derechista buscaba además establecer «condiciones óptimas y transparentes» para atraer la inversión extranjera y «garantizar el acceso directo a los mercados internacionales».

«A ocho años de aprobada la dolarización, se hace más evidente la vulnerabilidad a nivel general, con el agravante que ante los signos de recesión económica en que ha entrado la economí­a mundial El Salvador no tiene márgenes de maniobra», declaró a la AFP el profesor de economí­a de la Universidad de El Salvador (UES) Raúl Moreno.

Moreno, que además dirige el llamado Observatorio Económico de una ONG, indicó que «lo más grave» del proceso de dolarización fue que el paí­s se quedó sin polí­tica monetaria y el Banco Central de Reserva pasó a depender de la Reserva Federal de Estados Unidos.

«Con el dólar el pueblo siente más elevado el costo de vida, y el paí­s al no tener posibilidad de maniobra con una moneda local vemos que el gobierno contrata un crédito de 500 millones de dólares para darle liquidez a la banca privada que ya ni es salvadoreña», subrayó Moreno.

El resentimiento de los salvadoreños con la dolarización se manifiesta en las encuestas y a diario en los mercados de consumo popular.

Una encuesta de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA), que evaluó el cierre de 2008, consignó que la mayorí­a de salvadoreños cree que la principal razón por la que subió el costo de vida en el paí­s es por la dolarización (30,7%), seguido por la falta de un control gubernamental de precios (19,7%), mientras que un 16% lo atribuyó al incremento de los precios del petróleo.

En tanto, para la principal fuerza de oposición, la ex guerrilla del Frente Farabundo Martí­ para la Liberación Nacional (FMLN), la dolarización es un proceso que promete mantener si gana los comicios presidenciales de marzo, a pesar de que siempre se opuso a esa medida.

«Después de ocho años, las promesas de la dolarización resultaron falsas. Ante la crisis no se puede anular la dolarización», comentó a la AFP el portavoz del FMLN Sigfrido Reyes.

Para el economista Moreno, el panorama local se complica por la tendencia a la baja que presentaron en el último trimestre las remesas que oxigenan la dolarización.

En 2007 ingresaron a El Salvador 3.695,3 millones de dólares en remesas, equivalentes a 18,1% del PIB y a 92,8% de las exportaciones totales.

«Ante la crisis, es una necesidad urgente desdolarizar con prudencia pero en forma progresiva que permita restablecer la polí­tica monetaria al Banco Central que hoy por hoy es una simple oficina de estadí­sticas que depende de la Reserva Federal a la que le paga por imprimir la moneda», concluye Moreno.

«A ocho años de aprobada la dolarización, se hace más evidente la vulnerabilidad a nivel general, con el agravante que ante los signos de recesión económica en que ha entrado la economí­a mundial El Salvador no tiene márgenes de maniobra».

Raúl Moreno

profesor de Economí­a