Ocaso


El ser humano arriba por impulso mismo del proceso biológico a la etapa vital del ocaso, cuando declinan sus facultades. Es entonces cuando da inicio la angustia de envejecer en personas de ambos géneros, sin embargo, existen excepciones caracterizadas por condiciones optimistas.

Juan de Dios Rojas
jddrojas@yahoo.com

En otras palabras, demuestran con toda la barba el revestimiento de estí­mulo a lo grande; poseen un autoestima digno de admiración y seguir sus pasos. Vuelven la mirada hacia atrás mediante signos emotivos, sin que desví­en el camino trazado, al contrario, buscan mejorarlo a toda costa.

La historia recopila infinidad de casos de hombres y mujeres que en el ocaso de su existencia dejaron a la posteridad claros ejemplos de creatividad prodigiosa. En diversos campos de la ciencia, exhaustiva investigación, inventos grandiosos; obras de arte musical y de estilo literario.

También sale a luz, dentro del contexto de la humanidad, el hecho inevitable muy expresivo, con los pies sobre la tierra que somos imperfectos y frágiles. En este mundo vemos indiferencia, desamor, abandono y malos tratos a quienes están inscritos en las páginas sensibles del ocaso.

Las anteriores disquisiciones vienen a cuento referente al sensible fallecimiento del compositor y extraordinario ejecutante de la marimba, don Pastor Gabriel Mencos, gloria del sí­mbolo patrio. En el seno familiar le llegó la etapa final, tras un protagonismo por demás ejemplar.

Tan destacado maestro del instrumento nacional dirigió a la altura del arte en sus sienes, venas y manos maravillosas la recordada Niña de Guatemala que obtuvo merecidos palmarés en TGW, radio nacional en su época de oro, y Alas Chapinas de la Fuerza Aérea, dándoles renombre ostensible.

También en lo docente escribió largas páginas a tí­tulo de maestro de marimba en planteles oficiales del sistema educacional. Entre otros, la Escuela Normal Central para Varones. Pero el maestro Pastor Gabriel Mencos cayó en el olvido y su deceso poco se dio a conocer en los medios.