A dos meses de la visita del Papa a Estados Unidos, una cumbre de obispos debate desde este jueves en Orlando (Florida, sur) los mayores desafíos que enfrenta la Iglesia Católica en este país, en especial, cómo superar la grave crisis abierta en la institución por los casos de abusos sexuales de sacerdotes.
La Iglesia Católica de Estados Unidos quedó envuelta en una profunda crisis desde 2002 cuando el arzobispo de Boston admitió haber protegido a un cura que había abusado sexualmente de jóvenes y se conocieron miles de otros casos.
Desde entonces, los escándalos de pedofilia que involucraban a sacerdotes comenzaron a destaparse en distintos puntos del país, colmaron las portadas de los diarios y obligaron al Vaticano y al propio papa Benedicto XVI a tomar recientemente intervención en el espinoso asunto.
La Conferencia de obispos en Orlando, que cierra el viernes, será la primera ocasión en que los prelados aborden el delicado tema luego de las recomendaciones recibidas por Benedicto XVI en su reciente visita de abril.
En tal sentido, durante la reunión se analizará un estudio actualizado sobre las causas y contexto de los casos de abusos sexuales que involucraron a clérigos, realizado por la Universidad de la Ciudad de Nueva York, y recomendaciones de diálogo entre obispos y sacerdotes en la forma en que la Iglesia enfrenta estas graves acusaciones.
La agenda incluye además la presentación de una reciente investigación sobre el panorama religioso en Estados Unidos y sobre «Los sacramentos hoy: creencia y práctica entre católicos estadounidenses», informó el departamento de Comunicaciones de la Conferencia episcopal estadounidense.
Según un informe anual divulgado recientemente, en 2007 se registraron 689 demandas contra curas pedófilos de la Iglesia Católica estadounidense, por hechos en general anteriores a 1990.
La Iglesia Católica en este país cuenta con 69 millones de fieles y ha visto socavada no sólo su reputación sino también sus finanzas por los casos de abusos sexuales.
Los escándalos de pedofilia costaron 615 millones de dólares el año pasado a la Iglesia, de los cuales 526 millones se destinaron a pagar juicios, 23 millones al apoyo a las víctimas y a los sacerdotes incriminados y 60 millones en gastos de abogados.
La diócesis de Scranton (Pensilvania, este) tuvo que pagar 3 millones de dólares a un hombre que cuando era adolescente fue víctima de abuso sexual de un sacerdote. Se trató de una de las sumas más importantes pagada a una víctima de un sacerdote pedófilo en Estados Unidos.
Antes de su viaje a Estados Unidos, el papa Benedicto XVI admitió que sentía una «profunda vergí¼enza» por los sacerdotes pedófilos involucrados en escándalos.
Durante su estadía de seis días en territorio estadounidense, el Pontífice se reunió con un grupo reducido de víctimas y expresó su respaldo espiritual al clero norteamericano.
«Deseo expresarles sencillamente, queridos sacerdotes y religiosos, mi cercanía espiritual, mientras tratan de responder con esperanza cristiana a los continuos desafíos surgidos por esta situación», les dijo durante la homilía de una misa en Nueva York.
El escándalo de los sacerdotes pedófilos en Estados Unidos puso al descubierto que unos 14.000 niños y adolescentes fueron víctimas de más de 4.000 religiosos que abusaron sexualmente de ellos.