El obispo Richard Williamson llegó hoy a Londres, después de que Argentina le dio el pasado jueves diez días para abandonar el país.
Williamson, que levantó una tormenta de indignación al afirmar que no hubo cámaras de gas y que no más de 300 mil judíos murieron en los campos de concentración nazis, llegó al aeropuerto londinense de Heathrow proveniente de Buenos Aires.
Una hora más tarde, el obispo de 68 años cruzó la puerta de llegadas del aeropuerto, donde lo esperaba una multitud de fotógrafos.
Sonriente y aparentemente tranquilo, fue escoltado por la policía hasta un auto que le esperaba en la salida, y se fue sin hacer declaraciones.
Su futuro «depende ahora de él y del superior general» de la Fraternidad, Bernard Fellay, declaró Christian Bouchacourt, responsable para América del Sur de la Fraternidad integrista San Pío X, de la que es miembro Williamson.
«Primero es necesario que descanse», agregó, señalando que cree que «todo se decidirá discretamente, en el seno de la familia».
Williamson provocó indignación en el mundo entero al declarar a una televisión sueca que creía que no hubo cámaras de gas.
«Creo que de 200 mil a 300 mil judíos murieron en los campos de concentración pero ni uno en las cámaras de gas», afirmó el obispo a un canal de televisión sueco, rechazando la cifra de seis millones de muertos a manos de los nazis, que es reconocida por los historiadores.
El Vaticano, que había excomulgado a Williamson por rechazar las reformas eclesiásticas del Concilio Vaticano II, pero que luego levantó esa excomunión, reclamó en vano al obispo que retirara sus declaraciones sobre el Holocausto.
El papa Benedicto XVI revocó el 24 de enero la excomunión de Williamson y de tres otros obispos integristas, buscando acabar con el cisma con los tradicionalistas.
Pero esa decisión del papa Benedicto XVI de levantar la excomunión a Williamson provocó una tormenta en numerosos países y puso en peligro las buenas relaciones con el judaísmo, además de llevar a la canciller alemana, Angela Merkel, a pedir explicaciones al Vaticano.
Fue eso también lo que llevó a las autoridades argentinas a revocar el permiso de residencia del obispo, argumentando que había ingresado en 2003 declarando que venía a cumplir una función administrativa, cuando en realidad era sacerdote y director del seminario lefevrista de la Reja, a las afueras de Buenos Aires.
Williamson, que residió hasta abandonar Argentina en la sede de ese seminario de la Fraternidad integrista San Pío X, a 40 Km al oeste de Buenos Aires, había sido denunciado ante la Justicia argentina por apología del crimen y recibido una intimación del Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI).
Tras al escándalo que generaron sus declaraciones, la Fraternidad tomó distancia, afirmando recientemente que dejó de dirigir el Seminario de La Reja.
El ministro argentino de Interior, Florencio Randazzo, dio el jueves pasado diez días de plazo a Williamson para abandonar Argentina, donde residía desde 2003, «so pena de ser expulsado» por sus declaraciones sobre el Holocausto.