El presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, en el poder desde 1979, busca una masiva reelección, por un nuevo periodo de 7 años, en los comicios que este pequeño país petrolero de ífrica celebrará el domingo, y que la oposición denuncia como fraudulentos.
«Soy el candidato del pueblo y no creo que nadie pueda ir contra la voluntad del pueblo. Vamos a ganar con más del 97% de los votos», prometió Obiang, que, según los resultados oficiales, ganó los comicios de 2002 con un 97,1% de los votos.
Los resultados de la elección serán anunciados el 7 de diciembre, aunque las primeras estimaciones serán divulgadas desde el 3, indicó el viernes a la AFP la Comisión electoral.
Obiang, que llegó al poder con un golpe de Estado, ha tratado de dar visos de democracia a un país que, sin embargo, gobierna con mano de hierro y que cuando él se hizo cargo del mismo casi no tenía recursos.
Pero el hallazgo de petróleo en esta ex colonia española de ífrica central, independiente desde 1968, cambió la situación en los años noventa y el país produce ahora más de 400.000 barriles diarios.
Guinea Ecuatorial se ha convertido así en el tercer productor de crudo del ífrica subsahariana, por detrás de Angola y Nigeria pero por delante del vecino Gabón, otrora país de inmigración para los ecuatoguineanos.
Durante la campaña electoral, Obiang se ha presentado a los 291.000 ecuatoguineanos con derecho a voto (sobre una población de un millón, según el gobierno de Malabo) como representante de la continuidad y buen gestor del maná petrolero.
Con su habitual estilo nacionalista, criticó a las multinacionales petroleras por no redistribuir los beneficios del oro negro. Y prometió sacar a Guinea Ecuatorial del subdesarrollo y convertirlo en un país emergente en 2010.
En las elecciones del domingo, se enfrentará con otros cuatro candidatos, de los que dos, al menos, son testaferros del propio Obiang.
Placido Mico Abogo, candidato de Convergencia para la Democracia Social (CPDS), el principal partido de la oposición, denunció «una vuelta al sistema de partido único», recurriendo «a la cárcel, la tortura, a no dar empleo y al aislamiento social» de sus adversarios, así como a «un fraude sistemático».
Abogo considera que el «petróleo sólo ha servido para reforzar y enriquecer ilegalmente a quienes ocupan el poder».
El informe de 2009 de la organización Transparencia International sitúa a Guinea Ecuatorial en el puesto 168 -entre un total de 180 países- en materia de corrupción.
Obiang es uno de los tres dirigentes africanos denunciados en meses pasados ante un tribunal de París por las poco claras condiciones de adquisición de un importante patrimonio inmobiliario en Francia.
Un diplomático acreditado en Malabo subraya «que existe una fuerte movilización y, sobre todo, una libertad de tono de la oposición que no es habitual. Placido Miko no duda en atacar, y con palabras duras».
«Eso, sin duda, ha sido negociado previamente con el poder, que quiere dejar un espacio a la oposición para que no haya dudas sobre el resultado» de las presidenciales, explica.
El diplomático destaca «no haber observado irregularidades» en las elecciones legislativas de 2008. Sin embargo, según un europeo que pidió no ser identificado, «la intimidación» y «el miedo a perder el trabajo» eran tales que numerosos electores prefirieron votar por el partido de Obiang antes que sufrir posibles represalias.
La organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW, con sede en Nueva York) puso en duda la «credibilidad» de las presidenciales por considerar que la falta de un órgano «independiente e imparcial» de control del proceso electoral también levanta dudas sobre una votación «libre y justa».