El presidente estadounidense, Barack Obama, y su Partido Demócrata se enfrentan hoy a un probable voto castigo en unas elecciones legislativas que todos los sondeos dan favorables a la oposición republicana, tras dos años de gobierno.
En estos comicios, que arrancaron hoy, los republicanos podrían ganar como mínimo el control de la Cámara de Representantes, que renueva la totalidad de sus 435 escaños, y recuperar un terreno sustancial en el Senado, que renueva 37 de sus 100 bancas, según esas encuestas.
Los estadounidenses renuevan también 37 de 50 gobernaturas, y en ese campo las perspectivas tampoco son halagí¼eñas para el partido en el poder.
«Llevo desempleado casi un año. Voy a votar por (Marco) Rubio porque necesito un trabajo y estoy seguro que no lo voy a encontrar con los demócratas», explicó Tom Gutiérrez, de 41 años, en una cafetería en Miami (Florida, sureste).
Marco Rubio, candidato republicano a senador, es una de las estrellas ascendentes de su partido gracias al apoyo del ala ultraconservadora, el Tea Party (Partido del Té), el gran fenómeno político estadounidense y base para el despegue republicano.
El proyecto de cambio con el que llegó Obama al poder parece seriamente comprometido, lo que añadirá incertidumbre política a una situación económica ya de por si complicada.
Obama abrió la jornada en campaña, con entrevistas radiofónicas desde la Casa Blanca para defender a los candidatos de su partido.
Estados Unidos se arriesga a vivir «una situación muy, muy difícil», que tendrá «consecuencias durante las décadas futuras», había declarado el presidente el lunes a una radio de Filadelfia (Pensilvania, este).
Obama llegó al poder con la promesa de cambiar el estilo de hacer política en Washington, pero ahora son los republicanos los que advierten que quieren darle la vuelta al programa demócrata hasta convertirlo en irreconocible.
«La gente quiere un gobierno más pequeño, que rinda cuentas, que respete la libertad y permita a las pequeñas empresas hacer negocios», advirtió el líder republicano en la Cámara de Representantes, John Boehner (Ohio), en uno de sus últimos actos de campaña.
Boehner podría liderar a partir del miércoles una verdadera oleada republicana que lo llevaría a él personalmente a tomar las riendas de la Cámara de Representantes.
Tradicionalmente el partido en la Casa Blanca en Estados Unidos pierde escaños en el Congreso en las elecciones de medio mandato.
Pero la derrota en esta ocasión podría ser dura, la peor desde 1974 según Gallup. Esa firma de sondeos prevé que los republicanos ganarán con un de 55% los votos contra 40% para los demócratas.
Las perspectivas lucen para los demócratas ligeramente mejor en el Senado, donde perderían sólo algunos escaños de los 59 que poseen en la actualidad (por 41 los republicanos).
Pero lo más preocupante en el horizonte político estadounidense es la amenaza de un bloqueo institucional, ante una oposición republicana crecida por el apoyo del movimiento populista y ultraconservador Tea Party (Partido del Té).
Los republicanos han prometido que si cuentan con los votos suficientes, revocarán la vasta reforma de la salud, un triunfo personal de Obama en el Congreso, y recortarán fuertemente el presupuesto para acotar el déficit público, el peor en décadas.
Los políticos más conservadores que han llevado al Partido Republicano a dar un fuerte viraje a la derecha han prometido incluso juicios políticos para altos cargos de la administración de Obama.
El desafío republicano promete poner a prueba el talante y la habilidad del presidente demócrata, que cuenta con un índice de popularidad inferior al 50%.
Un 64% de los estadounidenses cree que el país va por mal camino, según la firma Rasmussen.
La crispación y hasta los insultos han proliferado en una campaña electoral que ha batido además récords de gasto en ambos partidos.
Al mismo tiempo, esa intensidad en la campaña podría llevar a una participación récord para unas elecciones legislativas, que habitualmente no supera el 40% de los votantes inscritos.
Unos 660.000 hispanos ya votaron anticipadamente, según datos del principal consejero político de Obama, David Axelrod, en declaraciones a prensa en español.
Eso representa un 13% más que en 2006. Los hispanos representaron un 7,4% del electorado hace dos años. En estados como com California, Colorado o Nevada, el escaño de senador se puede decidir por unos pocos miles de votos.
La polémica electoral también viene servida con los referéndums, como la denominada propuesta 19 en California para legalizar la marihuana, que despertó fuertes críticas de México y Colombia.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, declaró con tono irónico hoy en Malasia que Barack Obama tiene «envidia» porque ella se encuentra lejos de Estados Unidos el día en que se celebran elecciones legislativas difíciles para los demócratas.
«Hablé con el presidente Obama… Pienso que está un poco envidioso de que esté aquí», dijo Clinton en Kuala Lumpur en una entrevista televisada.
Clinton precisó que consideraba como «un gran honor» trabajar con Obama, que la venció en las primarias demócratas antes de la elección presidencial de 2008.
«Ambos trabajamos juntos sobre la política exterior y apoyo con fuerza los objetivos que fijó para nuestro país», agregó la secretaria de Estado.
«Pienso que el Presidente heredó problemas extremadamente difíciles y se mostró determinado y visionario intentando resolverlos. Es un privilegio para mí ser una socia y consejera cercana» de Obama, agregó.
Según los pronósticos, los demócratas sufrirán un voto castigo en las elecciones legislativas este martes, dos años después de la triunfal elección de Obama.
Clinton se encuentra en una larga gira por Asia y Oceanía.