Obama se juega su reelección


Barack Obama, presidente de Estados Unidos, participó ayer en un mitin en Portland, Oregón, a favor del candidato demócrata a gobernador, John Kitzhaber. FOTO LA HORA: AFP Jim WATSON

La probable victoria republicana para las elecciones legislativas del 2 de noviembre podrí­an crearle un problema al presidente Barack Obama para su reelección en el 2012, particularmente en algunos estados clave, que podrí­an caer en manos de la oposición.


Concientes de estos peligros, el presidente Obama y su vicepresidente Joe Biden recorren Estados Unidos de este a oeste desde hace varias semanas, con una atención particular puesta en estados cruciales ganados por Obama en 2008.

Pero a menos de dos semanas de los comicios legislativos y locales, los demócratas aparecen mal ubicados como para conservar sus gobernadores en varios estados. Son superados por siete puntos en Ohio (norte) y por 10 puntos en Pensilvania (este), según un promedio realizado por el sitio especializado RealClearPolitics.

En esos dos estados, golpeados de lleno por la crisis económica, un gobernador republicano podrí­a crear una corriente ascendente en favor del candidato de la oposición para las presidenciales de 2012.

En total, hasta una decena de bancas de gobernador podrí­an pasar al lado republicano, según las encuestas.

«Las elecciones de gobernadores son probablemente las más cruciales», destacó Chris Kofinis, especialista demócrata de estrategia polí­tica.

«La razón por la cual la Casa Blanca hace campaña en algunos de esos estados claves es que ellos son tradicionalmente decisivos para la elección de presidente y lo serán nuevamente en 2012», dijo Kofinis, aunque subrayó que la ventaja de los republicanos podrí­a volverse contra ellos tras dos años en el poder.

Para Herbert Weinberg, profesor de ciencias polí­ticas en la Universidad de Ohio, «la gente no pone verdadera atención a quien es su gobernador cuando vota en las presidenciales. Pero el gobernador, a menudo, puede ayudar a la movilización en favor de su partido en su estado».

El politólogo Norman Ornstein, del American Enterprise Institute, recordó que durante la elección presidencial de 2000, el gobernador republicano de Florida fue una ventaja en el juego para George W. Bush, ya que un recuento de votos en ese estado determinó el resultado de la elección. El gobernador en cuestión no era otro que el hermano del candidato republicano.

Paralelamente, los nuevos gobernadores republicanos podrí­an revisar las tarjetas electorales para tomar ventajas.

Una vez cada 10 años, la oficina del censo estadounidense publica las cifras de población en Estados Unidos. En una mayorí­a de Estados, los gobernadores pueden rediseñar la carta electoral en función de los nuevos datos…pero también en función de su orientación polí­tica.

Los republicanos podrí­an de esta forma cambiar las fronteras de circunscripciones aislando a los electores demócratas en medio de zonas habitadas por conservadores.

Esto no tendrí­a un impacto directo sobre la reelección de Obama, pero podrí­a favorecer a los candidatos de la oposición para las próximas elecciones legislativas en 2012.

Los estadounidenses renovarán el 2 de noviembre las 435 bancas de la Cámara de Representantes, 37 de los 100 escaños en el Senado y 37 puestos de gobernador sobre un total de 50.

Los demócratas tienen actualmente la mayorí­a en ambas cámaras del Congreso y controlan 26 gobernaciones, contra 24 de los republicanos.

FINANCIAMIETO Wall Street se venga e invierte en los republicanos


Las donaciones del sector financiero estadounidense favorecen ampliamente a los republicanos desde comienzos de año, cuando se acercan las elecciones legislativas de medio mandato en noviembre, sancionando a los demócratas que reformaron las reglas del sistema.

Según un estudio publicado a principios de septiembre por el Center for Responsive Politics (CRP), que estudia el uso del dinero por parte de los partidos polí­ticos, los sectores financieros, inmobiliarios y de los seguros habí­an donado al Partido Republicano y a sus candidatos cerca de 34 millones de dólares desde comienzos de año, frente a 23 millones a los demócratas.

El partido de la oposición concentró cerca de 60% de las donaciones de Wall Street, contra menos de 44% el año anterior.

Ejemplo de esta tendencia invertida es el poderoso banco de negocios Goldman Sachs, sí­mbolo de los excesos de las finanzas y cuya influencia en el ámbito polí­tico es denunciada a menudo.

Ese banco orientó tres cuartos de sus contribuciones a los demócratas durante los dos años que precedieron a la elección de Barack Obama en 2008. Desde principios de 2009, el 55% ha ido a la oposición.

«Las contribuciones de Wall Street han sufrido un cambio espectacular a favor de los republicanos desde comienzos de año, y no es casualidad si la reforma de la regulación financiera se aceleraba en el mismo momento», explicó Dave Levinthal, del CRP.

Cuando presentó en enero las principales medidas de esta reforma a las reglas de Wall Street, Obama dijo estar dispuesto a «luchar» contra los bancos. La reforma fue finalmente adoptada durante el verano (boreal).

Los reyes de la finanzas tampoco aprecian la voluntad del presidente estadounidense de poner fin a las ventajas fiscales para los más ricos adoptadas bajo la presidencia de George W. Bush (2001-2009).

Durante un reciente debate con ciudadanos estadounidenses organizado por la televisión, Anthony Scaramucci, presidente de un fondo de inversiones, preguntó a Obama cuándo iba «a dejar de usar a Wall Street como un saco de boxeo».

El presidente, tajante, comparó los enormes bonos a los corredores a la difí­cil situación que viven numerosos estadounidenses.

Los financistas buscan «gastar su dinero en apoyar a los vencedores de las elecciones», observó Robert Shapiro, profesor de ciencias polí­ticas de la universidad de Columbia. «Hay un viejo refrán polí­tico en Chicago: «no hacer olas, no apoyar a los perdedores», pienso que realmente es el caso», agregó.

Sin embargo, los dos candidatos que más donaciones han concentrado son demócratas, ambos senadores del estado de Nueva York, capital de las finanzas: Charles Schumer, electo desde hace 12 años, que ha recibido cerca de cinco millones de dólares desde principios de 2009; y Kirsten Gillibrand, que reemplazó a Hillary Clinton en 2009.

«Hay que dar a los que estarán en el poder, de forma que contesten el teléfono» cuando se les solicite, confirmó Sean West, analista polí­tico de la firma Eurasia Group.

«Wall Street tiene la impresión ciertamente de que los demócratas han atacado al sector financiero», añadió.

«Pero en realidad, Obama tuvo la ocasión de nacionalizar las grandes instituciones y decidió no hacerlo. El Tesoro puso en marcha un conjunto de reformas financieras moderadas, y muchos grupos de interés que representan al sector financiero obtuvieron el mejor acuerdo posible en el proceso legislativo dadas las circunstancias», indicó-