El presidente Barack Obama saludó hoy la fortaleza de las relaciones entre Estados Unidos e India, a la que definió como una «potencia mundial» aliada natural de su país, pero evitó prudentemente la espinosa cuestión de Cachemira, región que se disputan India y Pakistán.
Obama fue recibido con todos los honores en Nueva Delhi, última etapa de su visita iniciada el sábado en Bombay, donde afirmó que los dos países están «unidos» contra el terrorismo y anunció acuerdos comerciales bilaterales por un monto de 10.000 millones de dólares.
El presidente consideró que Estados Unidos e India promueven los principios de democracia y derechos humanos, que son ignorados a menudo en el mundo, lo que acarrea conflictos e incomprensión entre las naciones.
«Para nuestros dos países, estar juntos para promover esos principios en los foros internacionales puede ser increíblemente fuerte e importante», dijo en conferencia de prensa conjunta con el primer ministro indio, Manmohan Singh.
Poco antes, consideró que las relaciones entre los dos países será «una de las grandes asociaciones del siglo XXI» y evocó la responsabilidad compartida por las «dos mayores democracias del mundo» en la «promoción de la paz, la estabilidad y la prosperidad, no sólo para nuestras dos naciones, sino también para el mundo entero».
«India no es simplemente un país emergente, es ahora una potencia mundial», declaró Barack Obama a la prensa tras pasar revista a una guardia de honor en ceremonia organizada en el palacio presidencial.
Singh afirmó, por su parte, que los dos países van a trabajar como «asociados iguales» para promover la paz y la estabilidad en el mundo.
Especialistas de política exterior estiman que Estados Unidos apoya a India en el terreno económico y diplomático por considerarla un contrapeso a una China cada vez más poderosa.
Pero las alabanzas norteamericanas se deben también al hecho de que el crecimiento de la economía india se produce en un contexto de crisis financiera que ha afectado profundamente a los países occidentales.
Las relaciones entre Nueva Delhi y Washington, caracterizadas por la desconfianza y ocasionalmente la hostilidad durante la Guerra Fría, partieron de nuevas bases en los años 90 a iniciativa del presidente Bill Clinton y siguieron siendo estimuladas por su sucesor George W. Bush.
Obama declaró que respondería más tarde ante el Parlamento indio a una cuestión clave para India en el marco de esta nueva asociación estratégica, es decir el deseo de obtener un escaño permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Inevitablemente, dado el apoyo dado por Estados Unidos a Pakistán en la lucha contra el terrorismo, Obama debió responder a una pregunta sobre Cachemira, región dividida entre Pakistán e India y que ambos países reivindican.
Cachemira, en cuya parte india luchan insurgentes islamistas desde 1989, fue objeto de dos de las tres guerras que opusieron a India y Pakistán desde la independencia de ambos países del imperio británico en 1947. Pero Nueva Delhi se opone tajantemente a cualquier intervención exterior al respecto.
«Creo que Pakistán e India tienen interés en reducir las tensiones entre ellos», pero Estados Unidos «no puede imponer una solución a esos problemas», dijo Obama.
Las palabras pronunciadas por Obama el lunes van a ser analizadas atentamente en otros países de Asia, en particular en China, que sopesa las implicaciones geopolítcas de Estados Unidos en India antes de las conversaciones entre los presidentes Obama y Hu Jintao previstas en Seúl esta semana.
El presidente estadounidense Barack Obama apoyó ayer a India para que tenga un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, en un discurso que debe pronunciar ante el Parlamento indio, divulgado previamente por la Casa Blanca.
«Hoy puedo decir: en los años venideros, me felicito desde ya por un Consejo de seguridad de la ONU reformado que incluya a India como miembro permanente», declaró Obama, en un mensaje de aliento significativo para la demanda india de obtener un mayor reconocimiento en el seno de la organización mundial.
Sin embargo, Obama criticó por otra parte el silencio de India sobre la situación de los derechos humanos en Birmania, asegurando en el mismo discurso que las democracias que tienen aspiraciones mundiales no pueden ignorar las «chocantes violaciones» que se producen en otros países.
Obama lleva a cabo desde el sábado una visita oficial de tres días a India, en el marco de una gira asiática.