Obama promete ayuda mientras avanzan operaciones por marea negra


Una reserva natural de Barataria, en Lousiana, amaneció hoy inundada de la marea negra, proveniente del área de explotaciones petroleras del Golfo de México. FOTO LA HORA: AFP Patrick BAERT

El presidente estadounidense, Barack Obama, prometió hoy utilizar «todos los recursos» a su alcance para ayudar a los damnificados en el Golfo de México a recuperarse de la peor catástrofe ecológica en la historia del paí­s provocada por un derrame de crudo.


«Continuaremos valorando todos los recursos a nuestra disposición para proteger la costa, limpiando el petróleo, haciendo pagar a BP y otras empresas por la responsabilidad de los daños, recuperando la belleza de esta región y ayudando a las trabajadores del Golfo de México a reconstruir sus empresas», señaló Obama en su programa semanal de radio, desde Grand Isle, una comunidad en Luisiana.

Las declaraciones de Obama ocurren en momentos en que British Petroleum (BP), la empresa responsable de la tragedia, asegurara que por primera vez empieza a controlar el derrame, estimado en unos 80 millones de litros de crudo, más de un mes después de que se hundiera la plataforma Deepwater Horizon, tras una explosión a 80 km de Luisiana, que provocó 11 muertos.

Al inicio de su tercera visita a Luisiana desde el 22 de abril, cuando se hundió la plataforma, Obama declaró estar furioso por la contaminación en el Golfo de México y acusó a BP de no tener en cuenta «las consecuencias de sus acciones».

BP «tiene obligaciones morales y legales aquí­, en el Golfo», dijo Obama. «Esta situación me enfurece porque demuestra que alguien no pensó en las consecuencias de sus acciones», añadió.

El presidente estadounidense debió cancelar por segunda vez un viaje previsto a Australia e Indonesia, por la magnitud del desastre.

Para Obama, la catástrofe se ha convertido en un grave problema que amenaza con arrastrarle en las encuestas de popularidad y podrí­a eclipsar cualquier otro logro de su gestión.

La televisión y los diarios mostraban chocantes imágenes de pelí­canos y otras aves marinas empetroladas a lo largo de la costa de Luisiana.

Unas 60 aves marinas fueron encontradas el jueves cubiertas por una capa de petróleo en la isla Queen Bess en Luisiana. De ellas, 41 eran pelí­canos.

BP logró colocar un dispositivo -similar a un embudo- sobre la fuga de crudo (a 1,6 km bajo el nivel del mar) que captura unos 1.000 barriles de petróleo (160.000 litros) al dí­a, cuando se estima que la fuga es entre dos y tres millones de litros diarios.

De todas maneras, BP subrayó que si bien la solución es temporal, logrará capturar la «gran mayorí­a» del crudo derramado.

«Esto es solo temporal y un arreglo parcial, por lo que debemos continuar con operativos de respuesta agresivos en la fuente (de la fuga), en la superficie y a lo largo de la costa», afirmó el almirante Thad Allen, encargado de la coordinación de las operaciones en el Golfo.

Hasta ahora BP ha fracasado en todos los intentos por detener la continua fuga de crudo.

El director de explotación de BP, Doug Suttles, dijo tener «bastante confianza en que va a funcionar. Sin dudas no va a capturar todo el flujo (de crudo), pero deberí­a capturar la gran mayorí­a».

El gigante petrolero anunció el viernes que este mes enviará un segundo pago a personas y empresas afectadas por el derrame petrolí­fero.

Con este segundo pago, BP calcula que habrá gastado unos 84 millones de dólares como compensación por pérdidas ocasionadas por el desastre.

«Lamentamos profundamente el impacto que el derrame de petróleo ha tenido sobre individuos y negocios, y entendemos la necesidad de una compensación rápida y razonable», alegó Suttles.

El gobierno estadounidense remitió a BP una primera factura de 69 millones de dólares por los gastos causados al erario público.

El gobernador de Florida, Charlie Crist, reclamó además un pago de 100 millones de dólares a BP para proteger al llamado «estado soleado» de eventuales daños ambientales y económicos por el derrame.

Obama dice a BP que debe responder por derrame antes que pagar dividendos


El presidente estadounidense Barack Obama llegó ayer al Golfo de México y advirtió al grupo británico BP que no descuide las obligaciones con las ví­ctimas del derrame petrolero, cuando la empresa prevé pagar miles de millones de dólares en dividendos a accionistas.

Al inicio de su tercera visita a Luisiana desde que se produjera la catástrofe ambiental, Obama dejó entrever su cólera con la responsable British Petroleum (BP), que –dijo–, «compró espacios publicitarios por 50 millones de dólares para manejar su imagen durante el desastre».

«Además, hay informaciones que dicen que BP distribuirá 10.500 millones, digo bien 10.500 millones (de dólares) en dividendos», agregó Obama en Kenner, cerca de Nueva Orleans, tras haber conversado con legisladores locales y el ex almirante Thad Allen, encargado de la coordinación de las operaciones en el Golfo.

«No me genera problemas que BP respete sus obligaciones legales (con sus accionistas), pero quiero que sepan que tienen obligaciones morales y legales aquí­, en el Golfo», dijo Obama, quien afirmó que no querí­a que la compañí­a «escatime su ayuda a las pequeñas empresas» afectadas por la contaminación.

El mandatario habí­a dicho el jueves sentirse furioso por la contaminación en el Golfo de México, debida al derrame de cerca de 80 millones de litros de crudo desde la explosión de la plataforma Deep Horizon, que causó 11 muertos.

«Esta situación me enfurece porque demuestra que alguien no pensó en las consecuencias de sus acciones», dijo Obama. «Ahora quieren resolver el problema porque les cuesta mucho dinero», agregó.

El jefe ejecutivo de BP, Tony Hayward, formó el viernes un equipo especial para trabajar con locales y funcionarios en las secuelas del derrame, dijo a AFP Robert Wine, portavoz de BP.

Bob Dudley, director gerente de la filial estadounidense de la petrolera británica, fue nombrado lí­der de esta nueva unidad de desastre de BP, en una señal de que las difí­ciles operaciones de limpieza y las posibles batallas jurí­dicas podrí­an durar años.

«Cuando el derrame y la respuesta inmediata se estabilicen, Bob Dudley liderará este equipo para atender asuntos a largo plazo», dijo el portavoz.

BP logró colocar el jueves un dispositivo -similar a un embudo- sobre la fuga de crudo (a 1,6 km bajo el nivel del mar) que captura unos 1.000 barriles de petróleo (160.000 litros) al dí­a, cuando se estima que la fuga es entre dos y tres millones de litros diarios.

Thad Allen reconoció que «el movimiento es lento, de alrededor de 1.000 barriles diarios en este momento».

Explicó que el dispositivo tiene cuatro válvulas que se van cerrando lentamente para evitar la formación de hidratos gaseosos, similares a los cristales de hielo, que hicieron fracasar un intento previo para contener el derrame.

«Aún si (el sistema) es exitoso, esto es solo temporal y un arreglo parcial, por lo que debemos continuar con operativos de respuesta agresivos en la fuente (de la fuga), en la superficie y a lo largo de la costa», afirmó Allen.

Hasta ahora BP ha fracasado en todos los intentos para detener la continua fuga de crudo, iniciada el 22 de abril, en lo que es el peor desastre ecológico de la historia de Estados Unidos.

El director de explotación de BP, Doug Suttles, dijo tener «bastante confianza en que va a funcionar. Sin dudas no va a capturar todo el flujo (de crudo), pero deberí­a capturar la gran mayorí­a».

En Londres, Hayward habí­a dicho que se necesitarí­an unas «48 horas para evaluar la cantidad de gas y de petróleo capturada» tras la instalación de un embudo.

Hayward subrayó que «lamenta profundamente» lo ocurrido el 20 de abril con la explosión de la plataforma de BP en el Golfo de México e insistió en «disculparse personalmente y en nombre del conjunto de BP por lo ocurrido» y recordó que el grupo se comprometió a pagar todos los gastos ligados a el desastre.

El gobierno estadounidense remitió el jueves a BP una primera factura de 69 millones de dólares por los gastos causados al erario público.

Asimismo, el gobernador de Florida, Charlie Crist, reclamó un pago de 100 millones de dólares a BP para proteger al llamado «estado soleado» de eventuales daños ambientales y económicos por el derrame.

La televisión y los diarios mostraban chocantes imágenes de pelí­canos y aves marinas empetroladas a lo largo de la costa de Luisiana.