Obama preocupado por México


Importante ha sido la visita de la Secretaria de Estado del gobierno de Obama a México, puesto que se tradujo ya en un manifiesto interés del Presidente por los problemas que tienen que ver con la gobernabilidad de sus vecinos del sur que se encuentran amenazados por la explosión del narcotráfico. Justamente en estos dí­as estoy en Washington invitado por el Centro de Prensa Extranjera del departamento de Estado para conversar con distintos funcionarios sobre las relaciones del nuevo gobierno con América Latina y especialmente de cara a la próxima Cumbre de las Américas.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

En efecto, nuestra región ha tenido poca relevancia en el diseño de la polí­tica exterior de los Estados Unidos, especialmente luego del 11 de septiembre de 2001 cuando el paí­s se centró en la guerra contra el terrorismo y América Latina pasó a un plano de menor importancia. No quiere decir que antes de ese ataque terrorista fuéramos la joya de la corona, pero como área de influencia directa al menos figurábamos en el espectro de sus intereses.

La visita de la señora Clinton a México significó un cambio importante porque por primera vez el nuevo Presidente aborda el tema de la región en una entrevista importante como lo hizo con CBS al señalar que la violencia en el paí­s vecino (de ellos y nuestro), está fuera de control por culpa del narcotráfico. Dicho esto luego de que la señora Clinton admitiera en el Distrito Federal mexicano que su paí­s ha hecho muy poco para combatir el problema del narcotráfico atacando el consumo y que el mismo seguirá siendo grave mientras haya tan fuerte demanda en Estados Unidos, hace que se tenga que pensar que realmente hay un nuevo enfoque de los problemas regionales.

Hace poco escribí­a yo sobre las declaraciones del Presidente de Costa Rica al respecto de lo insignificante que es la llamada ayuda de Estados Unidos brindada anualmente a la región para combatir el narcotráfico, misma que el presidente Arias señaló como equivalente a lo que se gasta en un dí­a de la guerra de Irak. Y es que cuando vemos lo que mueve el negocio ilí­cito de las drogas en nuestros paí­ses para corromper a las instituciones y comprar la conciencia de la gente, nos damos cuenta que es risible el monto de la «ayuda». Guatemala para este año contó con el aporte de 16 millones de dólares que son una bicoca en comparación con lo que pueden gastar los narcos en su afán por adueñarse de un Estado que cada dí­a está más deteriorado.

Y decí­a yo entonces algo que Obama dijo en su entrevista en la televisión, es decir, que el problema de la violencia en México, con tantos vasos comunicantes con la nuestra, se vuelve un tema de seguridad nacional para los norteamericanos porque no se puede contener la lucha únicamente al sur de la frontera. Indudablemente que una de las amenazas más serias para los Estados Unidos la constituye la proliferación de negocios vinculados con las drogas, porque todos son violentos y se están organizando verdaderos ejércitos para proteger los intereses de los cárteles sin respeto a las fronteras ni a la soberaní­a de los Estados. Guatemala es un ejemplo, magnificado por nuestra condición de estado frágil, pero eso no significa que cuando los intereses del narco lo determinen, no vayan a trasladar su campo de batalla más al norte.

El problema del narcoterrorismo es muy serio y es global. Es una amenaza más tangible que la de los fundamentalistas religiosos que están siendo acosados en remotos lugares del mundo.