El presidente Barack Obama dijo que podría ser receptivo a una ley inmigratoria que no incluya una vía especial a la ciudadanía para los 11 millones de personas que están actualmente en Estados Unidos sin documentación habilitante.
En una entrevista con CNN, Obama reiteró su preferencia a incluir ese proceso conducente a la ciudadanía en un proyecto amplio, pero agregó que no desea «prejuzgar» una legislación que permita a la gente legalizar su situación y después embarcarse en el proceso regular para la ciudadanía.
«No estoy tan seguro cómo termine la separación», dijo Obama sobre las diferencias entre un camino especial a la ciudadanía y el estatus legal.
Agregó que tendrá que consultar a los grupos defensores de los inmigrantes para ver qué desean en una iniciativa de ley.
La cuidadosa respuesta del mandatario en una entrevista con CNN marcó un notable cambio en la dura línea que había tenido antes con la ciudadanía. Varias veces ha dicho que la legislación debe incluir un camino para que aquellos que ya viven en el país sin permiso legal se vuelvan ciudadanos, diciendo que «no tiene sentido» dejar sin resolver el asunto en la reforma migratoria.
Los republicanos en la Cámara de Representantes difundieron el jueves sus principios sobre inmigración, que incluyen legalización pero no una vía especial a la ciudadanía. Obama dijo sentirse alentado de que algunos republicanos parezcan abocarse a cuestiones inmigratorias.
La Casa Blanca se congratuló por los «avances en la Cámara de Representantes y esperamos trabajar con todas las partes para hacer de la reforma migratoria una realidad».
Si el Congreso fuera a avanzar en una legislación que permita a las personas obtener estatus legal, la Casa Blanca probablemente insistiría en que millones afectados por las medidas tienen la opción de eventualmente obtener la ciudadanía, aunque no exista un camino especial prescrito. También es probable que la Casa Blanca tome opiniones de abogados de inmigración, algunos de los cuales ven el estatus legal como la mejor opción que puede lograrse en un Congreso profundamente dividido.
«Quiero asegurar que no sólo estoy tomando decisiones sobre lo que tiene sentido o no», dijo Obama. «Vamos a estar consultando con las personas que se verían afectadas».
En tanto, en un retiro de tres días en las márgenes del río Choptank en Maryland, los líderes republicanos distribuyeron una serie de principios que guiarían la elaboración de cualquier legislación del partido sobre el tema, un documento que el presidente de la cámara baja John Boehner dijo a sus colegas era lo más lejos que el partido estaba dispuesto a llegar.
En él se incluye una propuesta para regularizar el estatus migratorio de millones de adultos que viven sin autorización en Estados Unidos —previo pago de multas e impuestos atrasados_, pero ningún mecanismo para naturalizarlos.
Muchos estadounidenses jóvenes que fueron traídos sin autorización al país por sus padres sí podrían aspirar a obtener la ciudadanía.
«Para aquellos que cumplan ciertos requisitos y presten servicio honorablemente en nuestro ejército o consigan títulos universitarios, haríamos justamente eso», dice el comunicado.
Los principios también incluyen medidas para incrementar la seguridad en las fronteras del país y en los lugares de trabajo y declaran estas medidas como prerrequisitos para cualquier otro cambio.
Muchos conservadores reaccionaron negativamente durante la sesión a puertas cerradas en la que los republicanos debatieron el tema.
«Es una misión suicida para el Partido Republicano», dijo el representante John Fleming, de Luisiana. «Cuando estamos ganando en las urnas, cuando el ‘Obamacare’ (el programa de gastos médicos promovido por el presidente Barack Obama) se está cayendo a pedazos, cuando los conceptos de gobierno injerencista de los demócratas y de Obama se están desintegrando, ¿por qué hemos de querer salir y cambiar el tema y resucitar al paciente?»
Algunos demócratas reaccionaron con optimismo a los principios expuestos por los republicanos, aun cuando la propuesta para la regularización de los inmigrantes no se equipara con la naturalización incluida en la medida bipartidista que fue aprobada por el Senado el año pasado con el apoyo de Obama.