Obama no abandona paz en Medio Oriente


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El presidente estadounidense Barack Obama pidió hoy a israelíes y palestinos que vuelvan a la mesa de negociaciones pero sin ofrecer idea alguna sobre cómo lo harían, abandonando su respaldo anterior a la exigencia palestina de que el estado judío cese primero de construir asentamientos antes de negociar.

Por JULIE PACE y MATTHEW LEE
RAMALA Agencia AP

Obama indicó que Estados Unidos sigue oponiéndose a la construcción de asentamientos en los territorios que reclaman los palestinos, pero insistió que los desacuerdos entre ambas partes no deberían ser utilizados como «excusa» para permanecer inactivos. Agregó que no habría razón para negociar si las diferencias tienen que ser resueltas antes.

«Pese a que ambas partes quizá tengan zonas de profundos desacuerdos, participando quizá en actividades que la otra parte considera una violación de la Buena fe, tenemos que superar estas cosas para alcanzar un acuerdo», dijo Obama a los reporteros en una conferencia de prensa conjunta con el presidente palestino Mahmud Abbas en Ramala, Cisjordania.

«Creo que podemos superar algunos de estos problemas y asegurar que no los usamos como excusa para no hacer nada», agregó.

Las declaraciones de Obama coincidieron con las del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien ha pedido reiteradamente que los palestinos abandonen sus «requisitos» para volver a negociar. Los comentarios del presidente estadounidense seguramente irritarán a los palestinos ante la duda de que Obama esté dispuesto, listo o sea capaz de utilizar la influencia de Estados Unidos para presionar a Israel a que haga concesiones en temas que consideran una prioridad.

Unos 560.000 israelíes viven ahora en los asentamientos construidos en Cisjordania y la zona oriental de Jerusalén, territorios conquistados por Israel en la Guerra de 1967, cifra superior en 60.000 al número existente hace cuatro años cuando llegó al poder Obama.

Obama dijo haber informado a Netanyahu que no consideramos «una actividad constructiva, apropiada, algo que pueda impulsar la causa de la paz, la continuidad de los asentamientos».

Asentamientos 
En el centro del conflicto

En su breve recorrido en helicóptero desde Jerusalén a Cisjordania, el presidente estadounidense Barack Obama voló sobre amplios asentamientos israelíes, construcciones que Israel realiza sobre territorios ganados en guerra, pese a las fuertes objeciones de muchos integrantes de la comunidad internacional y que obstaculizan las negociaciones con los palestinos.

En su reunión con Obama, el líder palestino Mahmud Abbas dijo el jueves que no se puede alcanzar la paz mediante la violencia, la ocupación, los asentamientos o negándoles a los refugiados sus derechos. Según los palestinos, no se puede negociar una frontera con Israel mientras el estado judío siga estableciendo unilateralmente ese límite entre los dos mediante la construcción de asentamientos.

Al mismo tiempo, los palestinos dudan que Obama esté dispuesto a gastar el capital político interno necesario para presionar a Israel a que detenga la construcción, algo que intentó brevemente al principio de su primer período para luego retractarse cuando el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu se negó.

En su conferencia de prensa con Abbas, Obama reconoció que detener la actividad en los asentamientos es una decisión política difícil para el gobierno israelí, pero sugirió a los palestinos que no hagan de ello una condición para reanudar las negociaciones de paz.

Al reunirse con Netanyahu la víspera, el presidente estadounidense ni siquiera mencionó los asentamientos cuando se le preguntó sobre la falta de avances para solucionar el conflicto palestino-israelí durante su primer período de gobierno. En lugar de ello insinuó que ahora su enfoque es más bien discreto, al decir que acudió a Medio Oriente a escuchar a Abbas y a Netanyahu y que «es un camino que requiere gran esfuerzo para solucionar todos estos asuntos».

Pero como los asentamientos siguen creciendo, podría estarse agotando el tiempo para llegar a un acuerdo en que ambos territorios sean divididos en forma pacífica, según han advertido diplomáticos europeos y los que monitorean los asentamientos.