El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, instó hoy una vez más a los republicanos que dominan la Cámara de Representantes a apoyar una reforma migratoria y afirmó que todavía cree posible lograr este año una ley que resuelva la situación de los más de 11 millones de indocumentados en el país.
«Éste es el momento en el que por fin deberíamos lograrlo», dijo Obama en un breve discurso en la Casa Blanca centrado exclusivamente en su llamamiento a una reforma migratoria, su incumplida promesa de campaña en 2008 que renovó tras lograr la reelección el año pasado y que, superada la reciente crisis política en Washington, ha vuelto a situar como prioridad legislativa.
En referencia al pulso político que mantuvo con la oposición republicana y que llevó al cierre administrativo del gobierno durante 16 días, además de poner al país al borde del default antes de que se lograra un acuerdo de última hora, la semana pasada, Obama reconoció que demócratas y republicanos siguen teniendo muchos «desacuerdos» en numerosos temas.
«Pero eso no es motivo para no trabajar en cosas en las que estamos de acuerdo», apostilló Obama, según el cual la reforma migratoria es uno de esos temas en los que tradicionalmente ha habido apoyo republicano, incluso el de su predecesor en la Casa Blanca, George W. Bush, quien también trató -infructuosamente- de lograr una ley migratoria.
«Deberíamos aprobar una reforma migratoria, es bueno para nuestra economía, es bueno para nuestra seguridad nacional y es bueno para nuestra gente, deberíamos hacerlo este año», insistió el mandatario, quien compareció acompañado del vicepresidente, Joe Biden, y de líderes empresariales, sindicales y religiosos que hacen un intenso cabildeo en Washington por la reforma migratoria.
La clave sobre el éxito o fracaso de la reforma migratoria reside en estos momentos en la Cámara de Representantes, ya que el Senado ya aprobó a finales de junio una propuesta de ley bipartidista que prevé una vía a la ciudadanía bajo fuertes condicionamientos en materia de seguridad fronteriza, entre otros.
«Está en manos de los republicanos de la cámara baja decidir si la reforma migratoria se convierte en realidad o no», corroboró hoy Obama.
Pero la Cámara de Representantes, dominada por la oposición republicana, no ha hecho hasta ahora ningún gesto hacia el debate de una propuesta migratoria integral, limitándose a discutir en comités menores algunas iniciativas parciales.
A comienzos de mes, congresistas demócratas presentaron su propia iniciativa migratoria, pero los analistas coinciden en que para que una propuesta tenga éxito, debe contar con el apoyo explícito de legisladores republicanos.
Esta semana, los diarios «The Wall Street Journal» y «The Washington Post» aseguraron que dos legisladores republicanos, Mario Díaz-Balart y Darrell Issa, están trabajando en sendas propuestas migratorias que contendrían algún tipo de vía de legalización de los indocumentados -la Casa Blanca exige que cualquier propuesta contenga una vía a la ciudadanía- aunque por el momento no se ha presentado ninguna iniciativa concreta.
Las presiones de los grupos proinmigración se han incrementado en las pasadas semanas, temerosos muchos de que, si no prospera una propuesta concreta antes de que acabe el año, la legislación para una reforma migratoria volverá a fracasar en vista de que en 2014 habrá elecciones parlamentarias que probablemente volverán a paralizar los esfuerzos.
Obama subrayó hoy que con una reforma migratoria «todos» ganan.
«No he escuchado aún una buena razón para no hacerlo, cualquiera que se oponga a la reforma migratoria al menos debería decir por qué», retó el mandatario.
«Tenemos el tiempo para hacerlo, los republicanos en la Cámara de Representantes, incluido su presidente (el republicano John Boehner) han dicho que deberíamos actuar, hagámoslo ahora, no lo retrasemos, y hagámoslo de forma bipartidista», urgió Obama.
«Demostrémosle a la gente que Washington es capaz de resolver algunos problemas (…) ya es hora, hagámoslo», insistió.