El discurso de anoche del presidente Obama ante el Congreso de los Estados Unidos implica una decisión crucial para el Presidente porque al anunciar que pase lo que pase va por la reforma del sistema de salud de su país, se está jugando el futuro de su presidencia en una lucha que aún se ve cuesta arriba por las oposiciones ideológicas de republicanos recalcitrantes que no quieren aceptar que pueda una aseguradora estatal competir con las privadas.
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Por vez primera en una sesión conjunta de la Cámara de Representantes y del Senado para escuchar al Presidente, se produjo una expresión de ofensa al mandatario, cuando el representante republicano de Carolina del Sur Joe Wilson le grito: «Usted miente» a Barack Obama, lo que da una idea de lo agrio que es el tema y de las profundas divisiones que causa. Sus disculpas y el repudio de sus colegas republicanos al exabrupto, no borran las diferencias que existen y que harán difícil la tarea del Presidente.
Me llamó la atención la vehemencia y firmeza usada por Obama para defender su plan de reforma al sistema de salud y la lógica de sus argumentos. Cuando habló de esa competencia que significa una aseguradora estatal a las aseguradoras privadas, dijo que en todos los estados de la Unión existen universidades estatales que ofrecen educación a bajo costo a los habitantes y que eso no ha desmotivado la creación y la existencia de universidades privadas que son sumamente prestigiosas. Simplemente ofrecen una alternativa para quienes no pueden pagar esa excelencia ofrecida por el sector privado y lo mismo pasaría con la asistencia médica, puesto que una aseguradora estatal no sería para desplazar a las que trabajan bien con sentido de lucro, pero obviamente sí ayudaría a reducir costos por la misma competencia.
Lo más impactante del discurso fue que si no hacen nada, la crisis del sistema de salud hará que Estados Unidos llegue a niveles de déficit inmanejables, puesto que los costos de la salud pueden literalmente quebrar al país y dañar su economía de forma terminal.
Veremos si ahora Obama retoma el papel que jugó como candidato a la Presidencia de los Estados Unidos, realizando una vigorosa e intensa campaña motivadora, además, para convencer al pueblo de la bondad de su propuesta. Tiene sin duda el talento y la calidad para hacerlo, pero enfrentará una oposición furibunda e irracional de republicanos que no usan argumentos sino mentiras para meterle miedo a la gente porque su única meta es aniquilar la propuesta de Obama. El Presidente amenazó con enfrentar y desenmascarar a los que actúen de esa manera, lo que permite suponer que habrá una confrontación fuerte.
La única virtud que siempre le reconocí a George W. Bush es que cuando creía en algo actuaba sin dilación ni tardanza y creo que si Obama abandona la actitud de contemporizar con una oposición irracional y dogmática, puede tener éxito y, además, permitirle al país la ansiada reforma al sistema de salud que es una imperiosa necesidad. Como dijo ayer, es una vergí¼enza que el país más rico del mundo sea el único de los más desarrollados que no garantiza cobertura médica para todos los habitantes. Se viene una lucha intensa que, si se realiza con apego a principios y sin contemplaciones, puede ser determinante para el futuro de ese país.