Obama busca destacar puntos brillantes


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Optimista aunque cauteloso, el presidente Barack Obama ha insistido en destacar algunos aspectos favorables recientes de la economí­a en Estados Unidos, pero se ha cuidado de no exagerar la recuperación, que no ha logrado traer empleo para millones.

Por JIM KUHNHENN WASHINGTON / Agencia AP

Ante la llegada lenta de más noticias económicas, los rivales republicanos de Obama hicieron pequeños ajustes a sus posiciones y arguyen que las polí­ticas del presidente han sido un lastre a la recuperación, y dicen que se pudo haber afianzado con más rapidez.

Hay indicadores positivos en áreas como el menudeo, la vivienda, el desempleo y los decrecientes precios de la gasolina. Ello ha alentado la confianza de los consumidores, que constituye un indicador potencial de las preferencias polí­ticas.

Incluso el Congreso y Obama lograron un acuerdo antes del receso legislativo de fin de año para prorrogar dos meses la reducción a los impuestos de nómina, pero las señales económicas podrí­an ser efí­meras.

Así­ ocurrió al principio del segundo semestre de 2011, cuando los economistas también detectaron repuntes en la actividad y después las vieron desaparecer. Estos nuevos indicadores quizá sean más promisorios, pero la crisis de la deuda que se avecina en Europa vierte un balde de incertidumbre.

Obama corre el peligro de promover una economí­a que aunque se recupera lentamente no se traduce en una realidad palpable para millones de estadounidenses. También se arriesgarí­a en insistir indicios positivos que podrí­an desaparecer después en 2012.

Según David Axelrod, principal asesor polí­tico en la campaña de Obama, al mandatario le preocupa la recesión financiera en Europa.

«Creo que la economí­a estadounidense adquiere fuerza, no creo que muchos puedan contradecir ese punto», afirmó.

«Los imponderable no es eso, sino los factores externos, Europa en particular. En especial ahora, que hemos superado el trance de la reducción a los impuestos de nómina y suponiendo que los republicanos en el Congreso no quieren reanudar la discusión del tema, el factor más importante en el horizonte es Europa», apuntó.

En efecto, luego que 2011 terminó con una nota positiva, varios economistas prominentes a los que consultó The Associated Press auguraron un crecimiento de la economí­a estadounidense de casi un 2,4% en 2012, en comparación con el crecimiento anual con el que habrí­a cerrado 2011, de poco menos de 2%.

Entre los aspectos positivos está el número de personas que solicitaron prestaciones por desempleo, que disminuyó a su nivel más bajo desde abril de 2008. Al mismo tiempo, la baja de la desocupación en noviembre, de 9% a 8,6%, se debió en parte a que los trabajadores frustrados que abandonaron la fuerza de trabajo no han buscado otro empleo.

El sector privado está contratando, al contrario de lo que ocurre en el sector público estatal, municipal y escolar. Además, los estadounidenses no han tenido un verdadero incremento en sus ingresos aun cuando han aumentado su consumo.

«Por cada indicador positivo, existo uno al contrario que es preocupante», dijo Jared Bernstein, ex economista jefe del vicepresidente Joe Biden y que ahora trabaja con el Center on Budget and Policy Priorities (Centro para Prioridades Presupuestarias y de Polí­tica).

Mark Zandi, economista jefe de la unidad Analytics de Moody’s, cuyas estadí­sticas a menudo citan los demócratas y republicanos, dijo que a pesar de todos los signos alentadores, la economí­a tiene obstáculos por delante.

Entre ellos están las medidas para la reducción del déficit presupuestario, que aunque redujeron la deuda de largo plazo, podrí­an costarle a la economí­a un punto porcentual de crecimiento en 2012.

El ambiente electoral presenta más desafí­os aún.

«No creo que 2012 será un año bueno para la economí­a», dijo Zandi. «2012 es un año electoral y habrá muchas asperezas polí­ticas, de un bando al otro. El sector empresarial ya está nervioso. No necesita mucho para que siga angustiado y nervioso», agregó.