El presidente de Estados Barack Obama trató de impulsar los esfuerzos de los Estados Unidos para entrenar y armar a un grupo de miembros de la oposición siria, un paso que surge en medio de la creciente preocupación de los Estados Unidos ante la posibilidad de que el conflictos de Siria e Irak se conviertan en una lucha conjunta contra el mismo grupo extremista suní.

Obama envió al Congreso una solicitud de 500 millones de dólares (366 millones de euros) ayer para lanzar un programa del Pentágono que ampliaría significativamente los anteriores esfuerzos encubiertos para armar a los rebeldes que luchan tanto contra los extremistas suníes como contra las fuerzas leales al presidente sirio Bashar Assad sunitas. Si es aprobado por los legisladores, el programa tendría el efecto de abrir un segundo frente en la lucha contra los rebeldes que están tomando la frontera Siria y amenazan con entrar en el país vecino, Irak.

Obama se ha mostrado reacio durante mucho tiempo a armar a la oposición siria, en parte debido a la preocupación de que las armas puedan caer en manos de los extremistas. Pero funcionarios de la administración dicen que desde los últimos meses los Estados Unidos se sienten cada vez más confiados acerca de su capacidad para distinguir a los rebeldes moderados de otros elementos más extremistas que incluyen al Estado Islámico de Irak y el Levante, partidario de al- Qaeda y últimamente muy presente en Irak, donde ha irrumpido capturando buena parte del norte del país.