El presidente Barack Obama afirmó el domingo que la visión que tienen los republicanos sobre el gobierno podría provocar consecuencias catastróficas en Estados Unidos, al iniciar una gira de tres días en la liberal costa occidental.
En un esfuerzo por revitalizar a los fieles votantes demócratas cada vez más desencantados con él a medida que avanza su campaña de reelección para el 2012, Obama combinó ataques frontales a los republicanos con palabras de aliento en un cambio de actitud, de buscar un compromiso con los republicanos en el Capitolio a encarar personalmente al presidente de la Cámara de Representantes John Boehner y a otros líderes republicanos.
Esa nueva actitud combativa ha sido bien recibida por los activistas demócratas, hastiados de lo que consideran la actitud conciliadora del mandatario con la oposición en el tema de la reducción de los impuestos y otros apartados, al mismo tiempo que la economía se ha desacelerado y el desempleo permanece por encima del 9%.
Obama dijo que 2012 sería una elección especialmente difícil porque las personas están desanimadas y desilusionadas con el gobierno, pero también dijo que estaba empeñado porque hay mucho en juego.
La alternativa republicana, dijo Obama, es «un enfoque de gobierno que fundamentalmente paralizaría Estados Unidos de cara a los desafíos del siglo XXI».
El mandatario los ha acusado de obstruccionismo y exigió su colaboración para aprobar cuanto antes un nuevo plan de estímulo de 447.000 millones de dólares, ostensiblemente para crear puestos de trabajo.
«Desde el momento en que asumí el cargo, lo que hemos visto es un ataque ideológico constante contra cualquier tipo de reformas sensatas que harían que nuestra economía funcione mejor y darían a la gente más oportunidades», dijo el presidente en un almuerzo íntimo para recaudar fondos en la casa del ex ejecutivo de Microsoft Jon Shirley en Medina, estado de Washington, donde 65 invitados pagaron 35.800 dólares por pareja a fin de escuchar a Obama.
Mensajes similares siguieron durante un evento en Seattle y otro el domingo por la noche en el Silicon Valley de California, mientras Obama realiza una gira para recaudar fondos que abarca siete funciones desde Seattle, Hollywood hasta San Diego entre el domingo y el lunes. La gira de tres días por la costa occidental concluirá el martes en Denver, que le permitirá volverse a contactar con simpatizantes más liberales y más pudientes.