Los advenedizos Nuggets de Denver están a una victoria de eliminar de los playoffs a unos Lakers de Los Ángeles plagados de estrellas, aunque con un juego torpe.
Ty Lawson anotó 32 puntos ayer, mientras que Corey Brewer sumó otros 18 para que los Nuggets de Denver forzaran un séptimo y definitivo partido en la serie de primera ronda de playoffs al dominar 113-96 a los Lakers de Los Ángeles.
«Este es el mayor partido que él haya jugado jamás y el del sábado será aún más importante», dijo el entrenador de los Nuggets George Karl respecto de Lawson, cuyos 32 puntos fue un récords en su carrera en playoffs.
El partido decisivo será el sábado en el Staples Center, y también será el primer partido de los Nuggets en donde se juegan todo o nada, desde el séptimo encuentro contra Utah en las semifinales de conferencia de 1994. Sería un error pensar que el joven equipo podría caer presa de la presión en tal escenario.
No sólo le saben jugar a los Lakers, sino que además los han hecho ver viejos, sin experiencia.
Después de su explosión de 43 puntos en el quinto encuentro, Kobe Bryant anotó 31 unidades en tres períodos y medio, a pesar de un malestar estomacal que le evitó la práctica matutina del equipo, por lo que le inyectaron fluidos intravenosos durante todo el día.
El jugador se retiró a la banca cuando Los Ángeles perdía 101-73 con 7:52 por jugarse.
Sus compañeros se sentían aún peor por decepcionarlo, especialmente las estrellas Andrew Bynum, que encestó apenas 4 de 11 disparos para 11 puntos, y el español Pau Gasol, que se fue con 1 de 10, tres puntos y tres rebotes.
«Nosotros no logramos igualar su energía», dijo Bryant, y al decir «nosotros» se refería a Bynum y Gasol. «Ellos lo saben. Espero que ellos salgan al séptimo partido y jueguen con un sentido de urgencia y desesperación que no estuvo ahí los primeros dos partidos».
En tanto, en Filadelfia Andre Iguodala se subió a la mesa de anotaciones y jugaba con la afición mientras cantaban el pegajoso himno de los 76ers en el estadio.
Sus compañeros se les unieron y bailaron mientras caía el confeti.
«Número uno, Filadelfia. Aquí viene, equipo del año».
El equipo de la primera ronda, sin duda.
Ocho años de irse a casa con las manos vacías en abril. Los 76ers al fin tienen una razón para celebrar.
Iguodala hizo los tiros libres de la ventaja con 2,2 segundos en el reloj y los 76ers de Filadelfia remontaron para vencer el jueves 79-78 a los Bulls de Chicago en el sexto partido de la serie, con lo que avanzaron a la segunda ronda de los playoffs de la Conferencia Este por primera vez desde 2003.
Ahora empacarán sus maletas para una cita en la segunda ronda contra Boston.
«No sé cómo ganamos este partido», dijo el entrenador Doug Collins.
Los Sixers son el quinto equipo que accede a los playoffs preclasificado octavo en ganar una serie de primera ronda de postemporada frente a uno sembrado primero. Memphis eliminó a San Antonio la temporada pasada, mientras que Golden State (2007), Nueva York (1999) y Denver (1994) también lograron la hazaña poco común.
En su segunda campaña, el entrenador Doug Collins ya había conducido a los Sixers a su primera temporada con foja ganadora en siete años.
En el otro partido del día, Boston superó 83-80 a los Hawks de Atlanta, para cerrar la serie 4-2.