La coalición de Angela Merkel sufrió ayer un nuevo revés electoral y los opositores festejaron sus avances en momentos en que el gobierno impopular de la canciller lidia con la crisis de la deuda en la eurozona y otros desafíos.
Los comicios en la región de Mecklenburgo-Pomerania Occidental —en el noreste del país, donde se ubica el distrito electoral de Merkel— fueron los penúltimos de siete elecciones estatales programadas para este año. En la mayoría, la coalición de centro-derecha de la jefa de gobierno obtuvo resultados adversos.
Los socialdemócratas de centro-izquierda, que encabezan el gobierno estatal pero son oposición a nivel nacional, obtuvieron el 35,7% de los votos ayer, unos cinco puntos más que hace cinco años, según los resultados oficiales provisionales.
Los otros ganadores de la jornada fueron los Verdes de oposición, quienes gozan de una alta popularidad a nivel nacional, de acuerdo con diversas encuestas. Los Verdes lograron el 8,4% de los sufragios e ingresarán por primera vez en el Parlamento estatal, lo cual significa que ahora tienen representación en los 16 parlamentos regionales de Alemania. El dirigente nacional, Cem Ozdemir, lo calificó como «una verdadera sensación».
La Unión Demócrata Cristiana de Merkel captó el 23,1% de los votos, un retroceso respecto del 29% en 2006. El socio de los demócrata-cristianos en el gobierno nacional, el Partido Democrático Liberal, sólo obtuvo un 2,7%, lo cual implica una pérdida de apoyo de más de dos tercios, así como de sus escaños en la legislatura estatal.
«Por supuesto que la UDC está contrariada por los resultados de estas elecciones», dijo a la televisora ARD el legislador federal Peter Altmaier. El resultado señala la necesidad de que «permanezcamos juntos. Este es un prerrequisito para que las personas confíen en nuestras políticas».
En las próximas semanas, Merkel afronta la tarea de lograr que los legisladores escépticos de centro-derecha en Berlín apoyen las medidas más recientes diseñadas para el rescate económico de los países de la eurozona que atraviesan dificultades financieras.
Este inconveniente se suma a otros aspectos que le han socavado el apoyo a la centro-derecha, como la decisión adoptada este año de acelerar el desmantelamiento de la energía nuclear en Alemania, la abstención del país en la votación de las Naciones Unidas sobre la zona de exclusión aérea en Libia, y las constantes disputas internas sobre planes para reducciones impositivas.