Nuevo desafí­o al sistema de justicia


A la memoria de Evelyn Karina Isidro Velásquez. Quien tiene el lugar poco honroso de ser la primera ví­ctima de este año. Niña con apenas seis años de vida y que fuera salvaje y cruelmente tratada por sus victimarios, que gracias a la intervención policí­aca se salvaron milagrosamente de morir linchados.

Walter del Cid

Los victimarios Rolin Alexander Arrivillaga y Walter Oswaldo Aguirre Baldizón, ahora capturados merecerán como todo sindicado el debido proceso. Por los vací­os jurí­dicos existentes en cuanto a la aplicación de la pena de muerte no llegarán a la inyección letal. Pero debe aplicárseles alguna otra sentencia ejemplar. Si el Ministerio Público pierde el tiempo en buscarles otros delitos, más sindicaciones, repito, sólo perderá el tiempo. El hecho está documentado por las decenas de testigos y la propia cí­nica aceptación de uno de ellos al declarar que en efecto, luego de haberla violado, la decapitó. No se debe hacer más grande la culpabilidad. Este solo hecho es suficiente para merecer, reitero, la sentencia ejemplar a la que debe arribar el sistema de justicia guatemalteco.

Hace tres años, como representante de este medio de comunicación social, tuve la oportunidad de participar en la Comisión contra los Linchamientos. Las deliberaciones apuntaban a la debilidad institucional del Ministerio Público por presentar pruebas fehacientes y el aun excesivo papeleo en tribunales que hacen que la aplicación de la justicia en nuestro paí­s sea lenta, engorrosa y llena de vericuetos por los que los delincuentes se rí­en de la justicia constantemente. Esa situación ante este deleznable hecho debe quedar excluida desde ya.

La población acude a la «aplicación de la justicia por propia mano» ante la inoperancia del Estado y en este tipo de hechos concretamente de todo el sistema de justicia. Por ello los operadores de la justicia en su conjunto tienen un gran desafí­o ante sí­. No compartimos los linchamientos, pero debe destacarse que si la justicia guatemalteca no es capaz ante un hecho como el comentado que se encuentra tan evidente de aplicar castigos ejemplares, a los guatemaltecos no nos quedará otra que buscar ese tipo de «justicia».

Al hacerlo quienes perdemos somos los propios guatemaltecos, pero al quedarnos como mudos testigos de la inoperancia y no exigir el elemental cumplimiento de sus funciones con celeridad, perdemos más. Nuestro Estado está caduco. Es un Estado fallido. Pero no lo debemos seguir tolerando. Los guatemaltecos debemos exigir que se cumplan las leyes y que se castigue a los responsables de los delitos sea cual fuere la naturaleza de la infracción. Una familia inocente perdió precisamente la inocencia con el ultraje que le aplicaron a la pequeña Evelyn Karina. Este hecho demuestra que también nuestra sociedad está en crisis. Tenemos patologí­as sociales por doquier. Si a esto le llamamos «democracia» en realidad es una desgracia. Por ella, por Evelyn Karina, por las otras tantas ví­ctimas, esto no debe continuar. Exigir justicia es un deber de la sociedad. Ojalá y su muerte no sea más la expresión de este Estado fallido en el que nos encontramos inmersos. ¡Que pueda descansar en paz y que su familia encuentre la tranquilidad en breve cuando sean sentenciados ejemplarmente estos infelices enfermos.