Nuevo candidato para Francia


Candidato. Franí§ois Bayrou durante un asamblea de su partido, Unión por una Democracia Francesa.

Franí§ois Bayrou está convencido de que las elecciones presidenciales francesas no serán una batalla entre el candidato de derecha, Nicolas Sarkozy, y la socialista Ségolí¨ne Royal y, alentado por su avance en los sondeos, el lí­der centrista confí­a en disputar la segunda vuelta de los comicios.


«Sí­, creo que seré elegido presidente de la República», afirmó de forma contundente el candidato, de 55 años, esta semana.

Presente de la Unión por una Democracia Francesa (UDF, centro) Bayrou se presenta por segunda vez a unas elecciones presidenciales convencido que su misión es romper con la alternancia de la derecha y la izquierda en el paí­s. En 2002, el polí­tico obtuvo un 6,84% de votos en la primera vuelta.

Según los sondeos más recientes, si los franceses acudieran a votar en este momento, el presidente de la UDF conseguirí­a al menos un 14%, por delante del lí­der de la extrema derecha, Jean Marie Le Pen, considerado desde hace años la tercera fuerza polí­tica en Francia.

«Los franceses necesitan salir de la tenaza que les encierra», de «una elección prevista» entre Ségolí¨ne Royal y Nicolas Sarkozy» y quieren «otro punto de vista, otro programa», declaró Bayrou el jueves por la noche, en un programa de televisión.

Desde que anunció oficialmente su candidatura, el pasado 2 de diciembre, en su tierra natal, los Pirineos franceses, su popularidad no deja de subir. Una encuesta publicada el viernes por el diario Le Figaro afirma por ejemplo que la mayorí­a de los franceses considera que Bayrou es el «candidato más creí­ble en sus propuestas».

«Hay que ser prudente pero estas cifras revelan que algo está cambiando (…) Represento un voto útil, de protesta pero constructivo», aseguró el polí­tico.

En los cinco años de la legislatura que está a punto de expirar, el presidente de UDF formó parte de la mayorí­a en el poder pero después rompió con la UMP, el partido del presidente Jacques Chirac, e incluso votó una moción de censura socialista contra el gobierno, para subrayar su independencia.

«Si soy elegido, construiré un gobierno con un equipo plural, equilibrado, de demócratas, hombres y mujeres venidos de sitios diferentes con la misión de poner en práctica el mismo proyecto republicano», afirmó el candidato.

Según sus allegados, Bayrou es un hombre de gran personalidad, firme en sus convicciones, con una idea clara del futuro de Francia pero con un ego a veces excesivo.

Presidente de la UDF desde 1998, Bayrou entró en polí­tica muy joven y con 34 años era diputado y con 41 ministro de Educación Nacional del presidente Edouard Balladur.

«En un principio creí­ que podí­a cambiar las cosas desde el interior», se justifica actualmente el candidato.

Europeo convencido, asegura que en su despacho sólo tiene una fotografí­a: la de Robert Schuman «fundador de Europa» y critica que ningún candidato hable del proyecto continental en la campaña electoral francesa.

Hijo de agricultores, casado desde hace 35 años, padre con 6 hijos que ya le han dado diez nietos, Bayrou presume de sus orí­genes modestos.

Al mismo tiempo, no duda en criticar claramente el programa de Nicolas Sarkozy, que favorece a los ricos y muestra una gran «admiración por Estados Unidos».

Además, desconfí­a de «las promesas» de Royal y asegura que muchas veces se siente «más a la izquierda que la candidata socialista».

Su campaña es minuciosa y laboriosa pero discreta. Bayrou prefiere las mesas redondas o las visitas a una aldea de campesinos antes que un mitin multitudinario. Su táctica comienza a dar frutos a dos meses de la primera vuelta de las presidenciales.

Royal: En aprietos

Su triunfal discurso del domingo no le dio el impulso esperado en los sondeos ni revitalizó su campaña y la candidata socialista a la presidencia de Francia, Ségolí¨ne Royal, vive dí­as difí­ciles en los que acumula errores y malas noticias, como la dimisión del director de cuentas de su programa electoral.

Eric Besson, responsable de las cuestiones económicas y fiscales del Partido Socialista (PS) y uno de los pilares de la campaña de Royal, tiró la toalla el miércoles por la noche.

Oficialmente, su renuncia se debe a cuestiones personales pero la prensa e incluso voces del partido socialista admiten que hubo un enfrentamiento con dirigentes de la formación, entre ellos el primer secretario del partido, Franí§ois Hollande, quien es además el compañero de Royal y el padre de sus cuatro hijos.

Su dimisión coincide con un momento clave de la campaña electoral, en el que Royal parece haber perdido el í­mpetu inicial y su popularidad invulnerable ante el imparable torbellino de su principal rival, el candidato de la derecha Nicolas Sarkozy.