Nuevo artículo sobre despenalización


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El presidente Otto Pérez Molina escribió un artículo de opinión para el New York Times, sobre el tema de las drogas, donde destaca que “medio siglo es suficiente tiempo para evaluar el éxito o fracaso de una política”

POR LUIS ARÉVALO
larevalo@lahora.com.gt

En ese sentido, el mandatario guatemalteco argumenta que hace 51 años, en Naciones Unidas, se marcó el consenso de que las drogas eran dañinas para la salud y que la solución era establecer la prohibición de la producción, tráfico y consumo.

Pérez Molina agregó que, hasta ahora, “las drogas son prohibidas, pero continúan siendo consumidas en cantidades tan  grandes, que el mercado global  está calculado en cientos de billones de dólares”.

“Las grandes ganancias -del mercado de las drogas- también generan una gran violencia”, afirmó el Presidente, lo cual genera violencia en países como Guatemala y Centroamérica, similares a los conflictos que se dan en barrios marginales de Estados Unidos, según indicó el mandatario.

Recordó que su gobierno hizo un llamado al diálogo sobre alternativas para combatir el narcotráfico, diferentes a la que se utiliza en la actualidad, enmarcada en el consenso de hace más de 50 años.

Destacó, además, que “no podemos esperar diferentes resultados si  continuamos haciendo las mismas cosas”, pues el consenso global alcanzado hace tiempo “está muy lejos de ser exitoso”, afirmó y agregó que prefiere llamarle “un fracaso”.

“Algo está mal con nuestra estrategia global”, escribió  el mandatario, y de esa cuenta, para conocer mejor qué es lo que está mal, “necesitamos un enfoque sobre la política de drogas basado en evidencia y no en ideologías políticas”, puntualizó.

Por último, señaló que su propuesta está en medio de dos extremos: continuar con la estrategia actual o liberalizar las drogas.

Por ello, el Presidente argumentó que propone una “tercera opción”, que es la regulación de drogas, mediante un enfoque “más matizado y discreto que podría permitir acceso legal a algunas drogas prohibidas actualmente, pero utilizando un marco regulatorio institucional”.

“Esta tercera opción puede funcionar mejor, pero sólo un análisis basado en evidencia nos llevará a las mejores políticas”, finalizó.