El presidente venezolano Hugo Chávez cumple mañana nueve años en el poder acosado por problemas internos como la inseguridad personal, el desabastecimiento y la alta inflación, y con su imagen afectada por su primera derrota electoral en diciembre pasado.

Chávez fue electo por primera vez en diciembre de 1998 con 56,2% de los votos.

Tras reformar la Constitución al año siguiente y ser reconfirmado en sus funciones en elecciones en 2000, fue reelecto en 2006 por un periodo de seis años con 64,8% de los votos.

Sintiéndose fortalecido, Chávez propuso una reforma constitucional que aumentaba los poderes presidenciales, permití­a su reelección indefinida y creaba el llamado «poder popular».

Pero los venezolanos rechazaron la propuesta y le inflingieron su primera derrota en 14 elecciones, pese a su control casi total de las instancias de poder y de las arcas repletas de petrodólares que utiliza a discreción.

Según el analista Luis Vicente León, de la encuestadora Datanálisis, la popularidad de Chávez viene en descenso desde 2007, pero sus í­ndices se mantienen altos porque «sigue siendo el lí­der fundamental del paí­s».

En 2008 enfrenta el desafí­o de las elecciones de gobernadores y alcaldes, previstas para el 16 de noviembre, en las que la oposición tiene oportunidad de ganar en los estados más importantes del paí­s.

«En estas elecciones la perspectiva de la oposición es de ganancia, porque prácticamente no tiene nada, y el chavismo sin duda va a perder espacios», opinó León.

En las elecciones regionales de 2004, el chavismo obtuvo 20 de las 22 gobernaciones del paí­s, en medio de la apatí­a y abstención de la oposición, desmoralizada por su derrota en el referendo revocatorio del mandato de Chávez pocos meses antes.

Tras la derrota de diciembre pasado y de cara a los comicios de noviembre de 2008, Chávez reorganizó su gabinete dándole un perfil más ejecutivo y lanzó la consigna de las tres R –Revisión, Rectificación y Reimpulso– para intentar reconquistar a los casi 4 millones de sus seguidores que se abstuvieron o votaron en contra de su propuesta de reforma constitucional.

Mientras, no abandona su discurso de confrontación, y amenaza con que si la oposición conquista Caracas y los estados centrales entonces será «la guerra civil» porque irán por su cabeza.

Los principales partidos de oposición suscribieron un pacto para presentar candidatos únicos en cada lugar y destacan la necesidad de promover «a los mejores», en un intento por rescatar la idea de gestiones eficaces.

Para León la derrota en el referendo «produjo un impacto de desconexión de la población con las propuestas radicales y provocó que la gente comience a pedir cosas que le permitan reconectarse, como soluciones a los problemas de seguridad, abastecimiento e inflación».

«Entramos en una etapa en la cual la población quiere ver solución a sus problemas, pero el gobierno muestra absoluta incapacidad para atender temas concretos y el presidente regresa a los discursos emocionales, abstractos e ideológicos», indicó.

Venezuela registra los í­ndices de inflación más altos de la región (22,5% en 2007) y desde hace meses encara problemas de escasez en alimentos básicos y otros productos, como medicinas.

Según el ministerio de Interior y Justicia, en Venezuela se registran un promedio de 140 homicidios semanales.

Para Saúl Cabrera, de la empresa Consultores 21, «si Chávez no acepta que el problema no se resuelve a través de la radicalización y el conflicto, se empezará a derrumbar más rápidamente».

«No se puede tener la mitad del paí­s en contra permanentemente, porque no se puede gobernar», agregó.