El ex canciller y viceprimer ministro de Saddam Hussein, Tarek Aziz, fue condenado el miércoles por la justicia iraquí a 15 años de cárcel por «crímenes contra la humanidad» por la ejecución de 42 comerciantes en 1992, igual que Alí Hasan al Majid, alias «Alí el Químico».
Dos hermanastros de Saddam Hussein, Uotban Ibrahim al Hasan y Sebaui Ibrahim, antiguos ministro del Interior y jefe de la policía política, respectivamente, fueron condenados a la pena de muerte.
Alí el Químico ya había sido condenado a muerte en otros tres juicios.
En total, ocho responsables del antiguo régimen fueron juzgados por la Alta Corte Penal de Irak, con sede n la Zona Verde, el sector ultraprotegido del centro de Bagdad donde tienen sus edificios la administración iraquí y las embajadas occidentales. Todos corrían el riesgo de ser condenados a muerte.
En 1992, unos 42 comerciantes de Bagdad acusados de haber especulado con los precios de los productos de los alimentos fueron ejecutados, en momentos en que Irak estaba bajo las sanciones de la ONU.
El juez Rauf Rachid Abderrahman declaró a siete de los ocho acusados culpables de «asesinatos con premeditación» y de «crímenes contra la humanidad».
Solamente Isam Rachid Huayech, ex gobernador del Banco Central, fue absuelto.
Mezbane Jadhr Hadi, un alto responsable del partido Baas, en el poder con Saddam Hussein, fue condenado a 15 años de cárcel, mientras que el ex ministro de Finanzas, Ahmed Hussein Judheir, fue condenado a seis años de cárcel. Abd Homud, ex secretario de Saddam, fue condenado a cadena perpetua.
íšnico cristiano del círculo de Saddam Hussein, Tarek Aziz, que fue también ministro de la Información, no reaccionó al anuncio del veredicto.
Sebaaui gritó en cambio «Viva Irak, abajo el ocupante. Estoy orgulloso de reunirme con mi hermano, el mártir Saddam Hussein», ahorcado en diciembre de 2006.
Desde Ammán, el abogado de Tarek Aziz, Badea Aref, estimó que la condena fue «sumamente severa» y que tenía como objetivo «justificar el mantenimiento en detención» de su cliente.
«Esperaba que el tribunal reconociera su inocencia», dijo Aref a la AFP, antes de añadir que su cliente estaba «fuera de Irak» cuando los comerciantes fueron ejecutados.
A fines de diciembre, Aziz escribió al presidente del tribunal para reivindicar su inocencia. Tras a asistir «todas las audiencias y escuchar todos los testimonios», no halló nada en su contra.
Tarek Aziz, nacido en 1936, fue absuelto en un primer juicio en marzo pasado. La del miércoles es su primera condena, pero aún debe ser juzgado en otros dos casos.
En el caso de Alí el Químico, de unos 60 años, los quince años que se le impusieron este miércoles se suman a tres condenas a muerte, la última, dictada en marzo, por la muerte de decenas de chiitas en 1999 en Ciudad Sadr, el populoso barrio del noroeste de Bagdad, y en la ciudad santa de Nayaf (sur).
Ali el Químico era primo de Saddam Hussein y fue su ministro de Interior, además de gobernador militar de Kuwait cuando Irak lo invadió en agosto de 1990.
Los dos grandes atentados que ha sufrido Irak en los tres últimos días dejaron decenas de muertos y una inquietud creciente sobre la seguridad en el país, justo cuando las fuerzas estadounidenses preparan su retirada.
En Washington, la Casa Blanca descarta que la oleada de atentados tenga algo que ver con la decisión del nuevo presidente Barack Obama de retirar la gran mayoría de las tropas antes de agosto de 2010.
Un portavoz militar estadounidense en Bagdad se pronunció en la misma línea, descartando que hayan sido complacientes.
«De ningún modo estamos siendo complacientes. Sabemos que hay grupos como Al Qaeda, cuya capacidad y efectivos se han reducido, pero que están desesperados por mantener su importancia en Irak», dijo.
Los llamamientos diarios a la reconciliación que hace el gobierno de mayoría chiita han sido rechazados por los partidarios de Saddam Hussein, unidos bajo la bandera del ilegalizado partido Baas y dispuestos a seguir peleando.
Como prueba, valga el atentado del martes contra líderes tribales que participaban en un acto de reconciliación en Abu Ghraib, en las afueras de Bagdad, y en el que murieron 33 personas, entre ellas soldados y periodistas, e hiriendo a 46.
Tres días antes, el domingo, un kamikaze en bicicleta mató a 28 personas e hirió a 56 a las puertas de una academia de policía de Bagdad, en una zona muy protegida.
Este atentado tuvo lugar unas horas antes del anuncio de que 12.000 soldados estadounidenses más volverán a sus casas antes de septiembre. Los 4.000 soldados del destacamento británico en el sur del país empezarán a retirarse el 31 de marzo.
«La reducción es posible gracias al mayor nivel de seguridad y estabilidad alcanzado por Irak en los últimos 12 meses», justificó el ejército estadounidense en un comunicado.
Actualmente hay unos 140.000 militares estadounidenses en Irak, unos 20.000 menos que en 2007, cuando alcanzaron su número máximo en la gran ofensiva contra los rebeldes y Al Qaida. Aquel año, 17.430 iraquíes murieron en actos de violencia.
El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, admitió que persisten los desafíos, pero que nunca hubiera decidido retirarse si Irak corriera «peligro» de volver a los peores años de violencia.
Cuando se le preguntó si los últimos atentados pueden servir de estímulo a los rebeldes, Gibbs respondió «no», precisando que no contaba con información de los servicios de inteligencia que apuntase a ello.
«Sé que el presidente y el equipo están comprometidos con el objetivo de un Irak estable y seguro que salga adelante, y seguiremos estudiando continuamente» la situación.
El comandante de las tropas estadounidenses en Irak, el general Ray Odierno, estimó el domingo que «el momento y las condiciones» para empezar a retirarse «es correcto». «Las exitosas elecciones provinciales» del 31 de enero «demostraron la capacidad de garantizar la seguridad del ejército y la policía iraquí».
En conjunto, la seguridad ha mejorado mucho desde finales de 2007, pero los atentados siguen siendo corrientes.
Según cifras de las autoridades iraquíes, 258 iraquíes murieron el mes pasado, lo que supone un aumento respecto a los 191 de enero, que fue el mes con menos muertos por la violencia en Irak desde la invasión de marzo de 2003.
En 2008, murieron 6.772 iraquíes.