Lo felicito señor Presidente, no es momento para detenerse a polemizar por cuestiones de forma, lo que interesa es el fondo del tema que usted atinadamente ha planteado. AUNQUE SEA EN LA MAYOR SOLEDAD” ( como lo escribiera el señor Oscar Clemente Marroquín en su columna del 26 de marzo) al fin y al cabo estamos acostumbrados a que los gobernantes de países pequeños como los nuestros se sometan dócilmente sin cuestionar a lo que ordena el gran imperio, con el agravante  que hay periodistas que utilizan algunos medios para despotricar contra todo aquel que se atreva hacer cosas que ellos consideran imprudente, insensato, peligroso e inaceptable, menos aún, que un Presidente tenga la osadía y el atrevimiento de plantear algo que disguste a los gringos. Lo importante de esto es que la discusión se inició contra todo pronóstico; Ahora bien, veamos la posición adoptada por el señor William Brownfield frente al representante de la dignidad nacional guatemalteca después de que en un arrebato de prepotencia calificara abusivamente de inservible lo propuesto por el Presidente ante los medios de comunicación a su llegada a Honduras. Dijo el señor Brownfield que ratificaba el rechazo de su gobierno a la propuesta de despenalización de las drogas, pero que están dispuestos  a dialogar otras vías de combate de ese flagelo. Por otra parte el señor vicepresidente Joseph Biden en su paso por Guatemala y en conferencia conjunta con el presidente Otto Pérez Molina dijo “nosotros estamos listos, dispuestos y preparados a tener un diálogo sobre ese punto”. ¡Interesantísimo! eso es lo que se pretende “discusión” por supuesto que de la misma saldrá la mejor alternativa para el combate al narcotráfico, pero será únicamente a través del intercambio de ideas y experiencias de cada uno de los países participantes. No se trata de desdeñar “propuestas alternativas”, pero era hora que algún presidente asumiera esa responsabilidad frente a semejante problema. Hay que resaltar algo que a mi juicio vale la pena para todos aquellos que se orinan al escuchar una descalificación del norte, que el señor vicepresidente Biden manifestó que cada gobierno es soberano y tiene derecho a tomar su propia política y decisiones. No faltará quien diga ¡ah!, pero lo hizo por diplomacia o que sé cuántas cosas más se les ocurra, pero nosotros como guatemaltecos debemos sentirnos honrados y dignos de ser los que pusimos el dedo en la “llaga”; veamos cuántos funcionarios de alta jerarquía gringa nos han visitado, personajes que nunca nos habían visibilizado en su traspatio -NO CABE DUDA- que  ahora sí metimos el dedo donde era, tocamos sus  intereses. El tema, claro que se debe discutir. Que no nos pase lo mismo de épocas pasadas que mirábamos “micos aparejados” cuando se mencionaban a los comunistas dentro de un proceso de búsqueda de alternativas de paz.