Nueva tecnologí­a permite que hispanos busquen a antepasados


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Programas de televisión que fomentan la exploración del árbol genealógico de las familias inmigrantes de Estados Unidos, tales como «Who Do You Think You Are?» (¿Quién crees que eres?) trasmitido por la cadena NBC o «Faces of America» (Rostros de Estados Unidos) han provocado un gran entusiasmo entre la población hispana por buscar a sus antepasados, pero para muchos latinoamericanos no ha sido tan fácil.

Por LAURA WIDES-MUNOZ MIAMI / Agencia AP

Al parecer eso está cambiando para el grupo minoritario estadounidense de mayor crecimiento, al igual que la riqueza de información genealógica, que en el caso de México se puede buscar hasta el censo de 1930 si uno busca por el internet. La búsqueda de información sobre los antepasados y otros familiares podrí­a hallarse en el internet para unos 32 millones de mexicano-estadounidenses, un grupo que no habí­a participado en la amplia búsqueda que hacen desde hace mucho, los estadounidenses descendientes de europeos y de africanos.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los íšltimos Dí­as, la principal organización dedicada a la colección de archivos genealógicos este año completó un proyecto de tres años al crear un amplio í­ndice de búsqueda digital que va hasta el censo de 1930 en México. Esa información es accesible a través de la empresa cibernética Ancestry.com.

La iglesia comenzó a reunir los archivos mexicanos a principios de 1950, pero no fue hasta el 2007 cuando comenzó a realizar un laborioso proceso de transferir versiones en microfilms a un banco de datos cibernéticos, o un í­ndice que se puede buscar gratis en FamilySearch.org. Los documentos originales también están disponibles.

Previamente, las personas tení­an que ir a uno de los centros de búsquedas de familias de la iglesia a fin de ver los documentos. Mediante el trabajo de voluntarios, la iglesia completó el trabajo cibernético en mayo.

El sitio Ancestry.com que es fácil de usar puso la información al público en septiembre tanto en inglés como en español, haciendo que la búsqueda sea aún más accesible.

«Conocer la historia de nuestra familia es una pieza muy importante de nuestra identidad. Si sabemos de dónde venimos y las fuerzas que nos trajeron hasta el lugar donde estamos en la actualidad, trasunta la historia que tenemos a la mano», comentó Eduardo Obregón Pagán, un catedrático de historia de la Universidad Estatal de Arizona que enseña metodologí­a de investigación genealógica. El mismo ha rastreado a duras penas su propio árbol genealógico hasta Puerto Rico y México.

Indicó que ansiosamente esperaba los archivos, agregando que mientras que los latinos han tenido tradicionalmente fuertes ví­nculos familiares, por lo general han tenido que confiar en historias orales a fin de conocer a sus antepasados. Para las generaciones más jóvenes que tienen menos acceso a esas conexiones, los archivos tienen un papel de creciente importancia.

El actor Edward James Olmos del programa «Dexter», que se trasmite por la cadena Showtime promociona el nuevo servicio de Ancestry. Sabí­a que sus antepasados fueron lí­deres revolucionarios mexicanos, pero llegó a averiguar que su bisabuela fue una madre soltera que crió a dos hijos ciegos.

«Habla de la fuerza de la familia», destacó Olmos. «Una mujer que cuidó a sus dos hijos ciegos infunde una sensación de comprensión sobre la clase de raí­z de la que uno procede», destacó.

La iglesia, también es conocida como los mormones, siempre han dado prioridad a la genealogí­a porque creen que aún los muertos pueden ser bautizados y ser puestos camino al cielo. Y los antepasados no se les puede bautizar si no se conocen sus nombres.

Conforme la iglesia ha crecido en todo el mundo y ha tratado de atraer a los nuevos inmigrantes en Estados Unidos, ha adquirido cada vez más archivos demográficos de paí­ses de todo el mundo. Su sitio cibernético tiene muchos archivos locales de toda América Latina, inclusive a las parroquias católicas con archivos de bautismo y de matrimonio que pueden brindar datos sobre generaciones pasadas que no han sido incluidas en el censo.

El sitio FamilySearch.org ahora está dedicado a elaborar í­ndice de documentos en Asia para poder facilitar su acceso por internet. Esos documentos por lo general ya no pueden ser obtenidos debido a que los paí­ses entre ellos Estados Unidos ahora se rigen por normas drásticas sobre información de la vida privada.

Pero la información procedente de muchos paí­ses de América Latina aún puede ser porosa. Y mientras que la iglesia coordinó con el gobierno mexicano para que pusiera a disposición su censo de 1930, que tiene la información más completa de México hasta esa fecha, la información procedente de la capital mexicana no estaba disponible ya sea porque la información no estaba centralizada o porque se habí­a perdido, informó el portavoz de FamilySearch, Paul Nauta. Los expertos calculan que los documentos aún cubren un 75% de la población de esa época.

George Ryskamp, catedrático adjunto de historia de la Universidad Brigham Young, que enseña cursos sobre genealogí­a hispana y que ha escrito libros sobre el tema, a menudo ha ayudado a sus estudiantes a buscar a sus familiares mediante la búsqueda de información en microfilm. Si sus familias vení­an de pueblos pequeños, la tarea no era tan difí­cil, pero si procedí­an de una ciudad como Puebla, poder hallar al Juan Gómez correcto podrí­a tomar muchas horas, dí­as e inclusive habí­a que ir personalmente al paí­s.

El censo mexicano de 1930 abarca categorí­as tales como matrimonio, propiedad de bienes raí­ces, ocupación e incluso enfermedades graves. Asimismo ofrece el concepto de familia extendida, en base a quién viví­a en una casa o cerca de ésta.

«Es como una fotografí­a de la familia, de la vida en esa época», destacó Ryskamp. Espera encontrar información previa, en vista de que muchos mexicanos huyeron del norte durante la revolución mexicana en 1910 que duró casi una década.

El vicepresidente de Ancestry, Josh Hanna, dijo que la decisión de colocar los archivos mexicanos en internet se tomó cuando la empresa se dio cuenta relativamente que muy pocos latinos usaban el servicio y decidió incursionar dentro del mercado hispano-estadounidense que crece con gran rapidez. La empresa también ha publicado archivos de los cruces fronterizos entre México y Estados Unidos desde 1895 hasta 1957 en el sitio cibernético.

Hanna dijo que la empresa ofrece gratuitamente el acceso a los archivos a fin de alentar el uso de los nuevos suscriptores. Normalmente ofrece una inscripción gratis por un perí­odo de prueba pero requiere el uso de una tarjeta de crédito. Si existe suficiente interés, Ancestry podrí­a explorar la idea de adquirir archivos importantes y secundarios al nivel estatal, por el cual cobrarí­a. Sus tarifas internacionales generales van de 25 a 35 dólares mensuales, dependiendo del tiempo de la membresí­a. Pero por lo general todos esos archivos y muchos otros podrí­an continuar siendo gratuitos en el sitio mormón.

Al parecer eso está cambiando para el grupo minoritario estadounidense de mayor crecimiento, al igual que la riqueza de información genealógica, que en el caso de México se puede buscar hasta el censo de 1930 si uno busca por el internet. La búsqueda de información sobre los antepasados y otros familiares podrí­a hallarse en el internet para unos 32 millones de mexicano-estadounidenses, un grupo que no habí­a participado en la amplia búsqueda que hacen desde hace mucho, los estadounidenses descendientes de europeos y de africanos.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los íšltimos Dí­as, la principal organización dedicada a la colección de archivos genealógicos este año completó un proyecto de tres años al crear un amplio í­ndice de búsqueda digital que va hasta el censo de 1930 en México. Esa información es accesible a través de la empresa cibernética Ancestry.com.

La iglesia comenzó a reunir los archivos mexicanos a principios de 1950, pero no fue hasta el 2007 cuando comenzó a realizar un laborioso proceso de transferir versiones en microfilms a un banco de datos cibernéticos, o un í­ndice que se puede buscar gratis en FamilySearch.org. Los documentos originales también están disponibles.

Previamente, las personas tení­an que ir a uno de los centros de búsquedas de familias de la iglesia a fin de ver los documentos. Mediante el trabajo de voluntarios, la iglesia completó el trabajo cibernético en mayo.

El sitio Ancestry.com que es fácil de usar puso la información al público en septiembre tanto en inglés como en español, haciendo que la búsqueda sea aún más accesible.

«Conocer la historia de nuestra familia es una pieza muy importante de nuestra identidad. Si sabemos de dónde venimos y las fuerzas que nos trajeron hasta el lugar donde estamos en la actualidad, trasunta la historia que tenemos a la mano», comentó Eduardo Obregón Pagán, un catedrático de historia de la Universidad Estatal de Arizona que enseña metodologí­a de investigación genealógica. El mismo ha rastreado a duras penas su propio árbol genealógico hasta Puerto Rico y México.

Indicó que ansiosamente esperaba los archivos, agregando que mientras que los latinos han tenido tradicionalmente fuertes ví­nculos familiares, por lo general han tenido que confiar en historias orales a fin de conocer a sus antepasados. Para las generaciones más jóvenes que tienen menos acceso a esas conexiones, los archivos tienen un papel de creciente importancia.

El actor Edward James Olmos del programa «Dexter», que se trasmite por la cadena Showtime promociona el nuevo servicio de Ancestry. Sabí­a que sus antepasados fueron lí­deres revolucionarios mexicanos, pero llegó a averiguar que su bisabuela fue una madre soltera que crió a dos hijos ciegos.

«Habla de la fuerza de la familia», destacó Olmos. «Una mujer que cuidó a sus dos hijos ciegos infunde una sensación de comprensión sobre la clase de raí­z de la que uno procede», destacó.

La iglesia, también es conocida como los mormones, siempre han dado prioridad a la genealogí­a porque creen que aún los muertos pueden ser bautizados y ser puestos camino al cielo. Y los antepasados no se les puede bautizar si no se conocen sus nombres.

Conforme la iglesia ha crecido en todo el mundo y ha tratado de atraer a los nuevos inmigrantes en Estados Unidos, ha adquirido cada vez más archivos demográficos de paí­ses de todo el mundo. Su sitio cibernético tiene muchos archivos locales de toda América Latina, inclusive a las parroquias católicas con archivos de bautismo y de matrimonio que pueden brindar datos sobre generaciones pasadas que no han sido incluidas en el censo.

El sitio FamilySearch.org ahora está dedicado a elaborar í­ndice de documentos en Asia para poder facilitar su acceso por internet. Esos documentos por lo general ya no pueden ser obtenidos debido a que los paí­ses entre ellos Estados Unidos ahora se rigen por normas drásticas sobre información de la vida privada.

Pero la información procedente de muchos paí­ses de América Latina aún puede ser porosa. Y mientras que la iglesia coordinó con el gobierno mexicano para que pusiera a disposición su censo de 1930, que tiene la información más completa de México hasta esa fecha, la información procedente de la capital mexicana no estaba disponible ya sea porque la información no estaba centralizada o porque se habí­a perdido, informó el portavoz de FamilySearch, Paul Nauta. Los expertos calculan que los documentos aún cubren un 75% de la población de esa época.

George Ryskamp, catedrático adjunto de historia de la Universidad Brigham Young, que enseña cursos sobre genealogí­a hispana y que ha escrito libros sobre el tema, a menudo ha ayudado a sus estudiantes a buscar a sus familiares mediante la búsqueda de información en microfilm. Si sus familias vení­an de pueblos pequeños, la tarea no era tan difí­cil, pero si procedí­an de una ciudad como Puebla, poder hallar al Juan Gómez correcto podrí­a tomar muchas horas, dí­as e inclusive habí­a que ir personalmente al paí­s.

El censo mexicano de 1930 abarca categorí­as tales como matrimonio, propiedad de bienes raí­ces, ocupación e incluso enfermedades graves. Asimismo ofrece el concepto de familia extendida, en base a quién viví­a en una casa o cerca de ésta.

«Es como una fotografí­a de la familia, de la vida en esa época», destacó Ryskamp. Espera encontrar información previa, en vista de que muchos mexicanos huyeron del norte durante la revolución mexicana en 1910 que duró casi una década.

El vicepresidente de Ancestry, Josh Hanna, dijo que la decisión de colocar los archivos mexicanos en internet se tomó cuando la empresa se dio cuenta relativamente que muy pocos latinos usaban el servicio y decidió incursionar dentro del mercado hispano-estadounidense que crece con gran rapidez. La empresa también ha publicado archivos de los cruces fronterizos entre México y Estados Unidos desde 1895 hasta 1957 en el sitio cibernético.

Hanna dijo que la empresa ofrece gratuitamente el acceso a los archivos a fin de alentar el uso de los nuevos suscriptores. Normalmente ofrece una inscripción gratis por un perí­odo de prueba pero requiere el uso de una tarjeta de crédito. Si existe suficiente interés, Ancestry podrí­a explorar la idea de adquirir archivos importantes y secundarios al nivel estatal, por el cual cobrarí­a. Sus tarifas internacionales generales van de 25 a 35 dólares mensuales, dependiendo del tiempo de la membresí­a. Pero por lo general todos esos archivos y muchos otros podrí­an continuar siendo gratuitos en el sitio mormón.