Delegados del gobierno del presidente Juan Manuel Santos y pobladores del Catatumbo, en el noreste del país, buscaban hoy acuerdos que pongan fin a una protesta que ya dura tres semanas y ha dejado cuatro muertos.
«La expectativa de hoy (viernes) es que se logre algunos acuerdos, que sean la base para llegar a un acuerdo final» y se levante la protesta, dijo en diálogo telefónico monseñor Omar Alberto Sánchez, obispo de Tibú, localidad del departamento de Norte de Santander, a unos 380 kilómetros al noreste de Bogotá.
Sánchez, quien es uno de los garantes de los diálogos que se desarrollan en Tibú, agregó que con acuerdos parciales se puede, primero levantar los bloqueos en las vías que mantienen los campesinos, y más tarde establecer mesas que traten tema a tema las demandas de los manifestantes.
El primer encuentro de las partes fue la víspera entre al menos una docena de delegados del gobierno de Santos, que encara en el Catatumbo la más fuerte protesta desde inicios de año, y seis voceros de los pobladores de aquella región, que comenzaron su protesta para presionar por sus demandas.
Los manifestantes exigen que se suspendan los planes de erradicación de coca, materia prima de la cocaína, que se financien programas de cultivos alternativos y que el gobierno apruebe que las 346.000 hectáreas de los siete municipios del Catatumbo se conviertan en una «zona de reserva campesina», una figura legal de 1994 por la cual los campesinos reciben sus títulos de propiedad de la tierra, en general producen de forma cooperativa y el Estado garantiza el financiamiento para carreteras, salud y educación.
La víspera «logramos instalar la mesa…pero (los voceros del gobierno) no se refirieron a ninguno de los puntos del pliego de peticiones, sino que dieron una rendición de cuentas» de lo que se ha hecho en aquella región hasta ahora, dijo a su turno, Juan Carlos Quintero, vicepresidente de la Asociación de Campesinos del Catatumbo, que encabeza la protesta.
Quintero agregó en entrevista telefónica que en la nueva reunión de la jornada deben discutir la metodología de los diálogos, un punto que parece de honor para los manifestantes: mientras el gobierno quiere negociar de inmediato y debatir simultáneamente los reclamos de la comunidad, los voceros campesinos exigen discutir primero un tema y, cuando haya acuerdo en ese punto, pasar al otro.
A pesar de tal desacuerdo, la protesta ha transcurrido en las últimas horas pacíficamente luego de que 25 de junio murieran dos manifestantes baleados en choques con la policía y el ejército en Ocaña. Los dos primeros manifestantes murieron el 22 de junio en una refriega con contingentes antimotines que intentaban impedir la toma del pequeño aeropuerto de Ocaña.