Los científicos alemanes Horst-Joachim Luedecke y Carl-Otto Weiss, del Instituto Europeo del Clima y la Energía, predicen que nuestro planeta tiende a enfriarse, por efecto de dos causas confluyentes: el ciclo de actividad solar de De Vries, y el ciclo oscilatorio del océano Atlántico y el océano Pacífico.
El ciclo de De Vries dura 200 años. En el último ciclo, la máxima actividad del Sol, que es principalmente actividad magnética variable, aconteció en el año 1998; lo cual contribuye a explicar que, a partir de ese año, el incremento de la temperatura global, o temperatura de nuestro planeta, se haya detenido. Empero, también a partir de ese mismo año la actividad solar comenzó a disminuir; fenómeno que, a su vez, fue causa de que comenzara a disminuir la temperatura global. El ciclo de De Vries ha sido determinado con fundamento en datos históricos de temperatura y de estalagmitas.
Clifford Ollier, geólogo, geomorfólogo y edafólogo, profesor de la Universidad de Australia Occidental, afirma que la actividad solar es el principal factor causante del clima. Michael Lockwood, profesor de física del ambiente espacial, de Universidad de Reading, de Reino Unido, afirma que el planeta tiende al enfriamiento global a causa de una acelerada reducción de la actividad solar. Mediante una investigación retrospectiva de isótopos en núcleos de hielo, Lockwood determinó la actividad del Sol durante miles de años. Una de sus tesis es que, actualmente, esa actividad “está disminuyendo más rápidamente que en cualquier época durante los últimos diez mil años.” Los isótopos son átomos de un mismo elemento químico, que no tienen igual número de neutrones. Los núcleos de hielo son muestras cilíndricas de capas de hielo o de glaciares, extraídas mediante perforaciones. Esas capas de hielo o de glaciares contienen, en general, un registro del pasado atmosférico del planeta, y en particular, un registro de su pasado climático.
Científicos rusos también predicen un enfriamiento global, causado por una reducción de la actividad solar, que se convertirá en una nueva “pequeña edad de hielo”. Uno de esos científicos es Habibullo Abdussamatov, de la Academia Rusa de la Ciencia, quien afirma que, a causa de la reducción de la actividad solar, “podemos esperar, a partir del año 2014 aproximadamente, el comienzo de un enfriamiento profundo, con una pequeña edad de hielo en el año 2055.”
El ciclo oscilatorio oceánico, o fluctuación periódica entre dos estados principales de temperatura del agua del océano Atlántico y del océano Pacífico, dura 65 años. En el último ciclo, el máximo calentamiento del agua oceánica aconteció en el año 1998; lo cual también contribuye a explicar que, a partir de ese año, la temperatura global se haya detenido. Empero, también a partir de ese mismo año la temperatura del agua oceánica comenzó a disminuir; fenómeno que, a su vez, fue causa de que comenzara a disminuir la temperatura global.
Luedecke y Weiss afirman que ambos ciclos se combinarán para provocar un descenso de la temperatura global similar al descenso que hubo durante la llamada “pequeña edad de hielo”, que comenzó en las primeras décadas del Siglo XIV y finalizó en las décadas intermedias del Siglo XIX. Durante esas “edad” se expandieron glaciares de Los Alpes, Nueva Zelandia, Alaska y Los Andes. Se congelaron canales y ríos de Gran Bretaña y de Países Bajos. Se congeló una parte del Bósforo, y también se congeló el puerto de New York. En el año 1607 se celebró la primera feria del hielo sobre el congelado río Támesis. La última se celebró en el año 1814.
Post scriptum. Si hubiera que prepararse para un cambio climático global, habría que prepararse para un enfriamiento, que será más devastador que un calentamiento.