Nueva ofensiva contra Al Qaeda


El Gobierno de Irak anunció una nueva ofensiva en contra de Al-Qaeda para proteger a sus habitantes.

El primer ministro iraquí­, Nuri al Maliki, anunció hoy, sin adelantar una fecha, una operación militar de gran envergadura en Diyala, una provincia al norte de Bagdad reputada como peligrosa y considerada un bastión de Al Qaeda en Irak.


«Tuvimos éxito desde Basora hasta Mosul. Diyala será la próxima y acabaremos lo que comenzamos en Mosul», declaró Maliki en la localidad sureña de Amara, donde el ejército acorrala desde el jueves a milicianos chiitas radicales que están armados. No especificó cuándo será.

«Estamos orgullosos de decir que el gobierno iraquí­, pese a todos los desafí­os que ha tenido que superar, ha sido capaz de perseguir y hacer frente a Al Qaeda, a los forajidos y a los «gángsteres»», se congratuló ante los jefes tribales de la provincia de Misan, cuya capital es Amara.

«Forajidos» y «gángsteres» son términos utilizados a menudo por las autoridades para referirse a los milicianos chií­tas, principalmente a los de la influyente milicia del Ejército del Mahdi del lí­der radical Moqtada Sadr, y a los narcotraficantes.

Según el portavoz de la policí­a provincial, la operación «Promesa de Paz» en Amara permitió detener a casi 100 hombres de unos 500 atrincherados, algunos de los cuales son miembros del Ejército del Mahdi, y confiscar cientos de Kalachnikovs, morteros, bombas y minas.

Las tropas estadounidenses e iraquí­es lanzaron ya operaciones similares contra los milicianos chiitas: en marzo lo hicieron en Basora, el gran puerto del sur, y posteriormente en Mosul, una ciudad norteña en la que se han refugiado numerosos insurgentes sunitas.

En Amara el Ejército del Mahdi no opuso resistencia, por orden de Moqtada Sadr, pero a las tropas iraquí­es se les complicará la misión en la provincia de Diyala, cuya capital es Baquba (60 km al norte de Bagdad).

Y es que dicha provincia, de mayorí­a sunita, está considerada una de las más peligrosas de Irak desde 2005.

En ella viví­a una minorí­a considerable de chií­tas hasta que en 2006 muchos se fueran de ella para escapar de los episodios de violencia cotidiana que solí­an enfrentar a los miembros de Al Qaeda con las tribus sunitas que colaboran con los estadounidenses.

La región limita con Irán y sufrió una serie de atentados suicidas cometidos por miembros de la célula iraquí­ de Al Qaeda, aún activos en ella.

Ayer, un atentado suicida cometido por una mujer mató al menos a 10 personas en Baquba e hirió a 40 más, mientras que a 70 km al norte de la ciudad, el disparo de obuses de mortero sobre la aldea de Al Adhaim acabó con diez vidas.

Por último, un soldado estadounidense perdió la vida y otros cinco sufrieron lesiones en un ataque a 25 km al sur de Bagdad, con lo que se eleva a 4.103 la cifra de militares norteamericanos muertos desde la invasión de Irak en marzo de 2003, según un saldo, realizado a partir de los datos de la página webg independiente icasualties.org.