Nueva masacre en centro de adictos


Una mujer protesta en contra del nombramiento de Arturo Chávez Chávez como el nuevo ministro de Justicia, por no hacer lo suficiente para frenar el asesinato de mujeres en la Ciudad Juárez.

FOTO LA HORA:   AFP   Antonio Nava» title=»Una mujer protesta en contra del nombramiento de Arturo Chávez Chávez como el nuevo ministro de Justicia, por no hacer lo suficiente para frenar el asesinato de mujeres en la Ciudad Juárez.

FOTO LA HORA:   AFP   Antonio Nava» style=»float: left;» width=»250″ height=»370″ /></p>
<p>Una nueva masacre en un centro de rehabilitación de drogas de la fronteriza Ciudad Juárez (norte), la localidad más violenta de México, causó la noche del martes 10 muertos y tiñó de sangre los festejos nacionales del Grito de Independencia.</p>
</div>
<p> <span id=


«El atentado en el que perdieron la vida las diez personas fue en el albergue Anexo de Vida AC», un centro de rehabilitación para adictos a las drogas, dijo una fuente de la Secretarí­a de Seguridad Pública Municipal (SSPM) que pidió el anonimato.

El ataque es el sexto que se perpetra en un año contra centros de rehabilitación para adictos a las drogas en Ciudad Juárez, los cuales, según versiones policiales y periodí­sticas extraoficiales, son utilizados por vendedores de droga para ocultarse de bandas rivales o, en algunos casos, evitar ser localizados por la policí­a.

La más brutal de estas matanzas se cometió hace apenas dos semanas, cuando cuatro encapuchados accedieron a una clí­nica de rehabilitación ubicada en el centro de Ciudad Juárez, formaron a 18 personas contra una pared y las acribillaron con al menos 100 disparos.

El nuevo ataque se perpetró el martes, hacia las 22H50 locales, cuando los internos del albergue Anexo de Vida «recién habí­an terminado el periodo de oración» y diez minutos antes de que en las plazas de todas las ciudades del paí­s se celebrara el tradicional «Grito de la Independencia.

Algunos de los internos se habí­an acostado, otros miraban la televisión y unos más realizaban diferentes actividades cuando fueron sorprendidos por un comando que «empezó a disparar en la instalación, matando a 10 personas e hiriendo de gravedad a dos», señaló la fuente policial.

Sobrevivientes explicaron a la policí­a que oyeron disparos «pero creyeron que se trataba de fuegos artificiales por los festejos de la Independencia de México. Cuando se dieron cuenta de que eran balazos, huyeron del lugar saltando bardas», añadió la fuente.

La seguridad en Ciudad Juárez se focalizaba a esa hora en los alrededores de la alcaldí­a, donde se celebraba el tradicional «Grito de Independencia» que conmemora el inicio de la guerra contra España hace 199 años.

Autoridades de todo el paí­s habí­an reforzado la protección de estos actos -en los que no hubo incidentes remarcables- por temor a un atentado como el consumado el año anterior en Morelia (oeste), donde la explosión de varias granadas acabó con la vida de ocho personas e hirió a 106.

Las organizaciones narcotraficantes sostienen una encarnizada batalla interna y contra las fuerzas de seguridad en buena parte del territorio mexicano pero con mayor fiereza en Ciudad Juárez (1,3 millones de habitantes).

Hasta 8.500 militares han sido desplegados en esta zona para detener el enfrentamiento que desde hace más de un año mantienen los cárteles de Juárez y de Sinaloa por el control de las rutas de tránsito de droga hacia Estados Unidos y por el mercado local.

Otras 17 personas fueron asesinadas entre el martes y este miércoles en la ciudad, cinco de las cuales fueron acribilladas en un bar y otras cinco en un negocio de lavado de autos, reportaron la SSPM y la Subprocuradurí­a de Justicia del Estado de Chihuahua.

Según un recuento de la AFP basado en informes policiales, se han cometido más de 1.200 homicidios en lo que va de año en Ciudad Juárez, limí­trofe con El Paso (Estados Unidos).

El gobierno ha desplegado a 48.750 militares en distintos puntos del paí­s para combatir a los cárteles de la droga, a los que atribuye 14.000 homicidios desde la asunción del presidente Felipe Calderón en diciembre de 2006.