El gobierno estableció el Consejo Nacional de Educación (CNE) en un intento de mejorar el sistema educativo, en un país donde el 25% de la población es analfabeta.
«Apostarle a la educación es apostarle a Guatemala. Este año se han preinscrito 250.000 niños más en las diferentes escuelas del país», afirmó el presidente, Alvaro Colom, quien no precisó el porcentaje de los menores escolarizados.
Para la ministra de Educación, Ana de Molina, la instancia creada este jueves apoyará a su cartera en la planificación estratégica del Sistema Educativo Nacional.
Entre las labores del CNE se encuentran la descentralización de la educación, promover la interculturalidad, la solidaridad, la responsabilidad social, la equidad y el diálogo democrático.
«Trabajando en conjunto podremos hacer sostenibles las políticas que se implanten en función de la agenda educativa que se planteó desde el principio de la administración», puntualizó la ministra.
La educación sigue siendo la gran asignatura pendiente en Guatemala, donde el 25% de la población se ha quedado al margen, en particular los indígenas.
Los expertos consideran que es necesaria una profunda reforma del sistema educativo, así como dotarlo de más recursos.
El miércoles, Alemania y España anunciaron la donación de 80 millones de dólares para el sistema educativo, una asignatura pendiente vital para el desarrollo y la integración del país.
«Es una vergí¼enza que temas prioritarios del país tengan que ser financiados por la cooperación internacional», dijo el analista político indígena ílvaro Pop, quien aseguró que todos los recursos son «pocos».
«Todos los recursos que se tengan van a ser necesarios, pero van a ser limitados si no existe una reforma integral», dijo, antes de criticar al gobierno de Colom por haber ofrecido durante su campaña electoral cosas que ahora no cumple.
De los 5.733 millones de dólares del presupuesto para este año, al ministerio de Educación le fueron asignados unos 800 millones.
Varios maestros coinciden en señalar que el aporte económico es insuficiente si no se hacen cambios profundos en el sistema educativo del país.
«Un caso palpable es el programa Mi Familia Progresa, pues no es suficiente que la familia tenga un aporte mensual, porque los niños van a ir a la escuela por compromiso, no porque les guste. Se trata de motivar a los niños para que aprendan», sostuvo uno de los entrevistados.