El nuevo desafío de Irán, que anunció que su enriquecimiento de uranio alcanzó escala industrial, abre la puerta a presiones de Washington para aplicar nuevas sanciones a Teherán así como a otra tentativa de mediación europea, según funcionarios y expertos estadounidenses.
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, anunció ayer en Natanz, principal emplazamiento nuclear iraní, que su país pasó al enriquecimiento de uranio «a escala industrial».
No ofreció detalles, pero según los expertos, la escala industrial se alcanza cuando se ponen a funcionar 3 mil centrifugadoras, que permiten obtener teóricamente, en seis o doce meses, una cantidad suficiente de uranio altamente enriquecido para construir una bomba nuclear.
Irán ya ha sido objetivo de dos resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que le han impuesto sanciones por rehusarse a detener las actividades de enriquecimiento, que la comunidad internacional sospecha están destinadas a adquirir un arma nuclear, aunque Teherán afirma que tienen fines civiles.
Estados Unidos denunció este nuevo «desafío» iraní, dejando entender que le conducirá a nuevas sanciones.
«Estamos muy preocupados por el anuncio de Irán de que entró en una ’etapa industrial’ de producción de energía nuclear», dijo a la prensa el portavoz de seguridad nacional, Gordon Johndroe.
«Esperamos que la creciente presión (…) de todo el conjunto del sistema internacional los lleve a cambiar su comportamiento», indicó por su parte el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack.
McCormack rechazó «prejuzgar» las medidas que Washington podría tratar de obtener del Consejo de Seguridad, para que se unan a las sanciones que ya enfrenta el régimen iraní. «Pero de seguro hay potencial para otras resoluciones similares», apuntó.
No obstante, subrayó que los iraníes pueden tomar «la vía de las negociaciones» si aceptan suspender sus actividades de enriquecimiento.
Las discusiones entre el negociador iraní Ali Larijani y el responsable de la política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, deberían ser retomadas pronto, aunque no se haya anunciado fecha, dijo McCormack.
Algunos expertos pusieron en duda el lunes que los iraníes hayan efectivamente comenzado a utilizar el conjunto de sus centrifugadoras, lo que pondría en peligro las negociaciones.
«El objetivo de hoy fue declarar públicamente que tienen las centrifugadoras», señaló David Albright, ex inspector de la ONU y actualmente presidente del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Nacional, con sede en Washington.
«Sería una gran sorpresa que haya efectivamente comenzado a enriquecer», remarcó, al explicar que hacer funcionar las centrifugadoras «reduciría notablemente sus posibilidades de negociar seriamente con los europeos».
Para este experto, Ahmadinejad quería crear un impacto antes de los diálogos.
Según George Perkovich, otro experto en proliferación nuclear del Carnegie Endowment for International Peace, el éxito de Irán en la continuación de sus actividades de enriquecimiento busca seguir manteniendo la cara del país en alto.
«Piensan que si hacen lo que el Consejo de Seguridad les exige y suspenden el enriquecimiento, será un signo de debilidad», explicó. «Ahora, podrán decir que fueron exitosos y nosotros responderemos: muy bien, excelente, han hecho lo que han querido, ahora pueden detenerse un poco», agregó.