El presidente George W. Bush dará a conocer hoy su nueva estrategia para Irak, que en principio prevé el envío de 21.500 militares adicionales a ese país, pese a que la medida es muy impopular entre los estadounidenses, cada vez más hartos de la guerra.
Su nuevo plan de batalla, el octavo desde la invasión del país árabe en 2003, será revelado a las ocho de la noche (hora de Guatemala) durante un mensaje televisado desde la Casa Blanca.
Todo apunta a que la nueva táctica comprenderá un apartado económico, acompañado de objetivos para que el gobierno iraquí asuma más responsabilidades. Según varios responsables estadounidenses, prevé que el Gobierno iraquí asuma el control del país, como muy tarde, en noviembre de 2007.
Un alto funcionario norteamericano aseguró además, que el despliegue de esos 21.500 efectivos adicionales se haría de forma escalonada.
Cuando falta poco para cumplir cuatro años de la invasión de Irak, las bajas en las filas estadounidenses superan los 3 mil muertos y más de 22 mil militares resultaron heridos en el país, sumido en una violencia endémica de la que parece no poder salir.
Por si fuera poco, Estados Unidos ya ha gastado unos 350 mil millones de dólares en su intervención en Irak, donde mantiene a 132 mil efectivos.
Bush se reunirá por la tarde con los nuevos líderes demócratas del Congreso para pedirles su apoyo.
Pero los demócratas han expresado su rotunda oposición a un aumento de las tropas, alegando que este tipo de estrategia fue aplicada sin éxito en el pasado.
«Su discurso mostrará claramente que pide una escalada de la guerra en Irak», declaró Harry Reid, jefe de la mayoría demócrata en el Senado. Pero «el pueblo de este país no apoya una escalada», agregó.
El influyente senador demócrata Edward Kennedy, partidario de una solución política, estimó que Irak «es el Vietnam de George Bush».
De todas formas los demócratas carecen de medios para impedir la aplicación del plan del jefe de Estado, quien a su vez es el máximo responsable del Ejército.
Al igual que los demócratas, la opinión pública estadounidense se opone a un incremento de las tropas.
Según una encuesta USA-Today-Gallup, publicada ayer, 61% de los norteamericanos consultados rechaza esta posibilidad y 47% estima que no serviría de nada.
Después de su discurso, Bush viajará mañana a la base militar de Fort Benning, en el estado de Georgia (sur), para impulsar su plan, una misión de la que también se encargarán la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el secretario de Defensa, Robert Gates, en el Congreso.
Hoy, un informe de la Oficina General de Contabilidad (GAO), organismo estadounidense de control público, fue muy severo con la política emprendida en Irak, criticando duramente el último plan presentado por Bush en noviembre de 2005 y conocido como «Estrategia nacional para la victoria en Irak».