Nueva era en Nepal


omento de la firma de la paz.

Nepal celebra «una nueva era» después de la firma de un histórico acuerdo de paz entre el gobierno y los rebeldes maoí­stas que ayer puso fin a una década de guerra civil que dejó más de 12.500 muertos.


Hoy fue decretado dí­a feriado en Nepal.

«Todas las administraciones y las embajadas en el extranjero serán cerradas hoy», indicó el ministro del Interior, Krishna Prasad Sitaule.

Se han programado festividades para la tarde en todo el paí­s y el gobierno pidió a los nepaleses que enciendan velas.

«Hemos sufrido tanto desde hace 11 años. Ahora estamos aliviados. El futuro de Nepal y de los nepaleses parece promisorio», dijo hoy Satish Kumar Sharma, un mecánico de Katmandú.

Ayer, el primer ministro Girija Prasad Koirala y el jefe maoí­sta Prachanda firmaron un acuerdo para compartir el poder, siete meses después del gran movimiento popular de abril de 2006 que obligó al rey nepalés Gyanendra a renunciar a sus poderes absolutos.

«Este momento marca el fin de 238 años de sistema feudal y también el fin de 11 años de guerra civil», declaró Prachanda, un ex profesor de escuela de 52 años que llegó a ser dirigente revolucionario.

Desde febrero de 1996, los maoí­stas luchan para derrocar a la monarquí­a de Nepal, un pequeño reino del Himalaya con 28 millones de habitantes y uno de los paí­ses más pobres del mundo, situado entre India y China.

«Este acuerdo pone fin a los asesinatos, la violencia y el terror, y abre el camino a la cooperación», estimó el primer ministro, de 85 años.

«Espero que ya no habrá más asesinatos polí­ticos. Los partidos deben cooperar y superar sus diferencias, en caso contrario no habrá esperanza», estimó Deepa Jah, un estudiante de la universidad de ciencias de Katmandú.

Este acuerdo pací­fico sin precedentes en Nepal prevé la entrada de los maoí­stas en un gobierno provisorio de aquí­ al 1 de diciembre.

En el plano militar, los guerrilleros (35.000 hombres) y el ejército regular nepalés (90.000 soldados) entregarán una parte de sus armas, bajo el control de la ONU, que prometió su asistencia.

La guerra civil provocó la muerte de al menos 12.000 personas desde 1996.