Nueva desestabilización


Funeral. Soldados libaneses cargan los cuerpos de varios hombres que murieron durante los últimos ataques en Trí­poli.

Lí­bano vuelve a encontrarse en el ojo de la tormenta con los mortí­feros combates en el norte y el atentado perpetrado en Beirut, mientras el Consejo de Seguridad prepara la instauración de un tribunal especial para juzgar el asesinato de ex primer ministro Rafic Hariri.


Mientras el paí­s atraviesa una aguda crisis polí­tica, Beirut se vio afectado por un atentado perpetrado ayer al anochecer que dejó un muerto y diez heridos, sembrando el pánico, después de tres meses de calma.

La oposición libanesa, vinculada al gobierno sirio, así­ como Siria, habí­an advertido la semana pasada que el paí­s serí­a presa de la inestabilidad si el Consejo de Seguridad votaba una nueva resolución creando un tribunal para juzgar el asesinato, cometido en 2005, del ex jefe del gobierno Rafic Hariri, mientras Lí­bano estaba bajo la tutela de Damasco.

En el norte de Lí­bano, fue suficiente que una banda de islamistas asaltara un banco en una aldea aislada el sábado pasado para que estallase el polvorí­n.

Sospechando que se trataba del grupúsculo Fatah al Islam, las fuerzas del orden persiguieron a los bandidos, que se refugiaron en Trí­poli (norte).

Al mismo tiempo, dos puestos del ejército libanés en las entradas del campamento palestino de Nahr al Bared, un bastión del Fatah al Islam, eran atacados la noche del sábado por este grupo, que presuntamente está vinculado a Al Qaida y a los servicios de inteligencia sirios.

Fatah al Islam no es un grupo palestino, como sugiere su nombre, sino que reúne a diversas nacionalidades árabes.

Un islamista libanés, Saddam Hajj Dib, involucrado en los atentados fallidos de julio en Alemania, perdió la vida el domingo durante los enfrentamientos con el ejército en Trí­poli, indicó a la AFP un oficial superior de la policí­a.

Según esta fuente, el número tres del Fatah al Islam, identificado con el seudónimo de Abu Yazan, también murió el domingo. Estaba acusado de haber perpetrado el atentado que mató a tres cristianos el 13 de febrero al nordeste de Beirut.

Cuatro sirios implicados en este atentado están en la cárcel.

Los dirigentes en Lí­bano del Fatah del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, y del Hamas, condenaron el lunes los ataques contra el ejército de este grupúsculo, presentado como «un elemento extranjero e indeseable».

«Nosotros estamos dispuestos a cooperar con el ejército para desembarazarnos de Fatah al Islam, a condición de que el costo no sea demasiado elevado para los civiles palestinos», declaró el lunes en la televisión el representante de la OLP en Lí­bano, Abas Ziki.

«Por primera vez en la historia de Lí­bano, movimientos palestinos apoyan de esta manera al ejército», se congratuló Ahmad Fatfat, un ministro libanés y diputado del norte.

Fatfat reiteró el domingo sus acusaciones contra Siria, señalada en el asesinato de Hariri en 2005, pero que desmiente haber estado involucrada.

Siria desmiente todo ví­nculo con este grupúsculo «adversario de todos los paí­ses árabes laicos», según el diputado sirio Mohamad Habache.

El balance provisional de los combates que comenzaron el domingo entre el ejército libanés y Fatah al Islam asciende a 55 muertos, incluyendo a los civiles palestinos y libaneses.